Limardo: “No estoy contento, pero sí satisfecho”

Limardo: “No estoy contento, pero sí satisfecho”

Seguir escribiendo historia, esa es la misión de Rubén Limardo en la espada venezolana. Hace un año se convirtió en el primer esgrimista en hacer sonar las notas del Himno Nacional en unos Juegos Olímpicos y ayer se convirtió en el pionero en subir a un podio en un Mundial.

 

El bolivarense, a pesar de haber caído ante el estonio Nicolai Novosjolov por 15-7, conservará el número uno del ranking de la Federación Internacional de Esgrima (FIE) y, además, se convierte en el campeón de la Copa del Mundo (sumatoria de los Juegos Olímpicos, Grand Prix, Copa del Mundo, torneo Panamericano y Mundial).

 

“No estoy contento con el resultado, pero al menos un poco satisfecho porque logré un segundo lugar en un Mundial, algo que no había hecho. Creo que la sumatoria me da para ganar la Copa del Mundo, me voy orgulloso con el subcampeonato mundial”, comentó quien ya lo hiciera en la categoría juvenil, a través de la señal de la Televisora Venezolana Social (Tves).

 

Su transitar hasta la final fue sin muchas complicaciones, salvo por los cuartos de final donde tuvo que sudar un poquito, pero nada comparado con el drama que vivió ante Novosjolov, a quien se había enfrentado una vez en 2007 y también sucumbió, pero por 10-9.

 

El combate ante el número cinco del ranking lucía complicado desde antes de subir a la pedana en Budapest (Hungría), pues el ahora monarca mundial le lleva 15 centímetros de estatura al nacional, cosa que supo aprovechar para conseguir la mayoría de sus puntos.

 

Cuando faltaba 1:40 minutos para el descanso de la primera manga, el estonio marcó el primer punto y de allí no tuvo freno, al terminar estaba arriba 6-2. Los minutos siguientes fueron una agonía: Limardo cambió de espada para tratar de encontrar la fórmula que frenara la embestida, pero no le fue suficiente, 13-5 marcaba el final del segundo asalto.

 

Con solo dos puntos por jugarse para coronarse, el estonio esperó que el bolivarense tomara la iniciativa y así logró los dos toques necesarios para revalidar la corona que conquistó en París en 2010.

 

“Sabía que sería un combate difícil por lo fuerte que era el contrario. Entré estresado porque sabía que tenía que sudar demasiado para remontar. Fue superior en la final, tengo que seguir trabajando para fortalecer mis debilidades”, comentó el campeón olímpico.

 

“Al principio él hizo tres toques limpios, pero después yo tocaba y la luz no me estaba prendiendo. Cuando cambié la espada el score era muy alto. Él aprovechó la estatura”, dijo.

 

Fuente: Líder en deportes

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