Dos de los generales de mayor rango de EE.UU., Mark Milley y Kenneth McKenzie, reconocieron este martes que aconsejaron al presidente estadounidense, Joe Biden, mantener un contingente de unos 2.500 soldados en Afganistán, lo que entra en contradicción con lo que ha venido afirmando el mandatario.
Milley, el jefe del Estado Mayor conjunto, y McKenzie, líder del Comando Central (CENTCOM), comparecieron este martes junto con el secretario de Defensa, Lloyd Austin, ante el Comité de Servicios Armados del Senado para dar explicaciones sobre la caótica retirada y evacuación de Afganistán.
Durante su intervención bajo juramento, McKenzie señaló que recomendó a comienzos de este año que EE.UU. mantuviera 2.500 efectivos en Afganistán y que a principios de otoño de 2020 aconsejó que se quedaran 4.500 soldados, en respuesta a una pregunta del senador republicano por Oklahoma Jim Inhofe.
McKenzie rechazó revelar exactamente cuál fue su recomendación a Biden, aunque destacó que su “opinión personal”, que, recordó, da forma a los consejos que da al presidente, es que “la retirada de esas fuerzas llevaría inevitablemente al colapso de las fuerzas militares de Afganistán y, finalmente, del Gobierno afgano”.
Acto seguido, Inhofe se dirigió a Milley para preguntarle sobre si está de acuerdo con la recomendación de dejar a 2.500 efectivos, a lo que el general de mayor rango de EE.UU. contestó que compartía esa visión.
Los generales no querían un repliegue total
De hecho, el jefe del Estado Mayor conjunto admitió por primera vez que aconsejó a Biden que no replegara todas las tropas de Afganistán.
En ese sentido, explicó que los comandantes militares expresaron su opinión al presidente cuando tuvo que decidir al respecto, pero, indicó, “quienes toman decisiones no tienen por qué seguir ese consejo ni en el fondo ni en la forma”.
Estas declaraciones contradicen las palabras del propio presidente que ha insistido en que decidió seguir adelante con la retirada de Afganistán después de que todos sus asesores militares se lo recomendaran.
Incluso en una entrevista el pasado 19 de agosto en medio de la operación de salida de Afganistán, Biden aseguró que nadie que él recordara le había recomendado dejar un contingente de unos 2.500 militares en ese país, en una entrevista con la cadena ABC News.
En otro momento de su intervención Milley afirmó que EE.UU. habría acabado en guerra contra los talibanes si hubiera permanecido en suelo afgano más allá del 31 de agosto y que la recomendación “unánime” que Biden asegura que los principales comandantes le hicieron de irse de Afganistán solo fue hecha el día 25 de mes pasado.
Durante la sesión, los senadores pusieron la lupa con sus preguntas en el caótico repliegue y evacuación, que culminaron el pasado 30 de agosto (fecha de EE.UU., 31 de agosto en Afganistán por la diferencia horaria), y si tenía sentido permanecer o no en ese país.
Austin admitió que hubo fallos a la hora de evaluar la resistencia de las fuerzas afganas frente a los talibanes y reconoció que su rápido colapso tomó por sorpresa a EE.UU.
“Debemos tener en cuenta una verdad incómoda, que es que no entendimos del todo la profundidad de la corrupción y el liderazgo mediocre en sus rangos superiores, no entendimos el efecto dañino de las rotaciones frecuentes e inexplicables hechas por el presidente (Ashraf) Ghani con sus comandantes”, dijo Austin.
El acuerdo de Trump
El titular de Defensa añadió que EE.UU. no fue capaz de anticipar la repercusión de los pactos entre los talibanes y líderes locales, a la luz de los acuerdos de paz de Doha firmados en febrero de 2020 entre la anterior Administración de Donald Trump y los insurgentes.
En ese sentido, reconoció que “el propio acuerdo de Doha tuvo un efecto desmoralizador sobre los soldados afganos”.
Austin recordó que a lo largo de los años EE.UU. suministró a las fuerzas armadas afganas equipamiento, aviones y capacidades, pero al final fue incapaz de proporcionarles “voluntad para ganar”.
Milley remarcó que está “claro” que la guerra de Afganistán no terminó de la manera que EE.UU. hubiera deseado y apuntó que los talibanes “son todavía una organización terrorista, que todavía no ha roto lazos con Al Qaeda”.
“Debemos seguir protegiendo a Estados Unidos y a su población de ataques terroristas desde Afganistán. Una Al Qaeda o un EI (Estado Islámico) reconstituidos con aspiraciones de atacar EE.UU. es una posibilidad muy real”, alertó el general.
EE.UU. se vio obligado a acelerar a mediados de agosto las evacuaciones y a adelantar el plazo final para la retirada total de las tropas de Afganistán al 31 de ese mes por el rápido avance de los talibanes, que tomaron el control del país, y el colapso del Gobierno del presidente Ashraf Ghani.
Durante la evacuación se vivieron jornadas angustiosas en el aeropuerto de Kabul con miles de afganos que intentaron subirse a uno de los vuelos de evacuación y con un atentado, reivindicado por el EI, que dejó 13 soldados estadounidenses y decenas de afganos muertos y del que McKenzie asumió este martes su completa responsabilidad.
En suma para Milley, la misión de evacuación de unas 124.000 personas de Afganistán fue “un éxito logístico pero un fracaso estratégico”.
EFE