Por supuesto que los medios de comunicación independientes en Venezuela necesitan apoyo y protección, y los únicos que pueden dárselo son las organizaciones no gubernamentales de otros países que se interesan por la libertad de expresión y de prensa.
Se trata de dos derechos humanos que los regímenes autoritarios suelen violar a cada rato. Es de librito, si no que lo digan los cubanos. Desde que el comandante muerto tomó el poder la enfiló contra los medios independientes. Primero, porque decir la verdad es impensable para cualquiera que se precie de poderoso y segundo porque resistirse a publicar mentiras es la mayor afrenta que ven los totalitarios.
Esa ha sido la historia durante dos décadas y es una guerra que no ha parado, está cruda, se vive a diario. Durante todo ese tiempo han caído grandes medios de comunicación, como RCTV, y otros han pasado a manos rojitas. Algunos siguen dando la batalla, pero la mayoría de los que han surgido en plataformas digitales lo han hecho porque los periodistas venezolanos se niegan a entregarse al régimen y valientemente consiguen cómo seguir publicando la verdad.
¿Cómo se lucha contra un régimen que encarcela a periodistas como Roland Carreño solo porque tiene vinculaciones con un partido político? ¿Cómo se lucha solo contra el régimen si siendo un canal digital, VPItv recibe la visita amenazadora de Conatel? ¿Cómo se mantiene un medio a flote si el régimen persigue y amenaza a los que se atrevan a comprar publicidad? De ese hilo El Nacional tiene ya varios carretes llenos.
Si una ONG internacional que dice defender los valores de la democracia financia a un medio de comunicación independiente en Venezuela es precisamente porque es conocido en el mundo entero que el acceso a la libre expresión y a la información es una de las características de los países libres. Eso no se puede poner en duda, y el trabajo de los periodistas venezolanos siempre ha sido y será cumplir con su sagrado deber de decir la verdad.
Los profesionales de la prensa en este país son tan valientes que siguen arriesgando su vida para ejercer su profesión, y si tienen que publicar las marramucias del régimen con señales de humo, lo harán. Y esa determinación es reconocida por muchas organizaciones no gubernamentales que están dispuestas a colaborar con ellos.
Editorial de El Nacional