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Libia, unas elecciones para recuperar la legitimidad perdida

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Libia, unas elecciones para recuperar la legitimidad perdida

Los libios están convocados el próximo miércoles a unas precipitadas elecciones legislativas con la esperanza de poner fin al grave bloqueo político e institucional que amenaza con desbaratar la transición democrática en el país.

 

«Queremos que las elecciones configuren una nueva legitimidad, un Congreso de los Diputados que ponga fin al bloqueo que se vive en el país después de los problemas surgidos en torno a la legitimidad del Congreso Nacional General (Parlamento)», dijo a Efe el presidente de la comisión de seguridad y estabilidad de la capital, Naser al Kariaui.

 

Al Kariaui se refería a la decisión tomada por el Parlamento el pasado 3 de febrero de prolongar su mandato, que oficialmente concluía el día 7 de ese mes, lo que ahondó las diferencias entre las distintas corrientes y partidos y desbordó la situación.

 

Desde entonces, el país ha tenido tres primeros ministros, dos de ellos de manera simultánea durante varias semanas, y ha sufrido al menos dos asaltos armados contra la sede del Parlamento y dos intentos de golpe de Estado, ambos dirigidos por el general retirado Jalifa Hafter.

 

Además, la decisión tomada el 9 de julio por el Tribunal Supremo de considerar inconstitucional el Gobierno de Ahmed Maitiq, que había sido designado primer ministro el 4 de mayo tras una sesión cargada de tensión, supuso un nuevo mazazo para la legitimidad del poder legislativo.

 

El agravamiento de las disputas internas entre las corrientes laica e islamista y entre los distintos bloques regionalistas, ha hecho prácticamente inviables la celebración de más sesiones en las últimas semanas debido a la continua falta de un quórum mínimo (93 de los 200 parlamentarios).

 

Esta situación, sumada al levantamiento armado protagonizado por Hafter en la ciudad de Bengasi el 16 de mayo, a quien se le han sumado varios cuerpos de seguridad y del Ejército, obligaron al Parlamento a claudicar y a anunciar de manera precipitada el adelanto de las elecciones.

 

Para Al Kariaui, ha sido la «terquedad de las corrientes políticas y regionales» las que han empujado al país a esta situación así como la ausencia de un «nacionalismo» y de una «cultura democrática».

 

«No hemos empezado a cambiar la cultura individual, ni a evolucionar nuestra mentalidad hacia la democracia o la alternancia pacífica del poder. Esto ha afectado a la vida en Libia, además de la renuncia al nacionalismo como consecuencia del régimen anterior y de todo lo que está ocurriendo ahora», agregó.

 

A pesar de la cercanía de la cita electoral, no todos en Libia dan por sentado que las elecciones vayan a tener lugar, como es el caso del diputado independiente Husein al Ansari.

 

«¿Cómo se va a poder desarrollar la jornada con tranquilidad con la tensión que se vive en varias zonas en Libia?», se preguntó Al Ansari.

 

No obstante, el diputado reconoció a Efe que a pesar de las diferencias existentes ningún grupo político ha mostrado su rechazo «de manera clara» a la celebración de los comicios o ha planteado que se pospongan.

 

El pasado miércoles, el ministro de Justicia, Salah Marguni, anunció que se han tomado medidas para garantizar la seguridad en Bengasi, segunda ciudad del país, durante la jornada electoral.

 

Según el ministro y portavoz del gobierno de Abdalá al Zani, se impondrá el toque de queda en la localidad en el marco de un plan de seguridad en el que están implicados varios aparatos.

 

Desde el levantamiento de Hafter, que asegura dirigir una ofensiva contra grupos extremistas religiosos y terroristas, la ciudad ha sido escenario de enfrentamientos intermitentes, especialmente en los barrios del sur y el sureste.

 

En declaraciones a Efe, Ahmed Hadiya, portavoz de las Fuerzas Especiales «Daraa Libia», que se encargan de garantizar la seguridad en la capital, no descartó «algunos problemas en el este», especialmente en Bengasi, aunque subrayó que la situación en el oeste libio se desarrolla «con normalidad».

 

Por su parte, el político Mahmud Qarawash, del Movimiento del Retorno de la Legitimidad Constitucional, que defiende el regreso de la monarquía al país norteafricano, «las elecciones van a fracasar», porque el nuevo sistema no tiene legitimidad.

 

Para Qarawash, tras la caída de la dictadura de Muamar al Gadafi en 2011, se debería haber organizado un referéndum sobre el retorno de la monarquía, ya que, según él, fue esta institución y su legitimidad la que el coronel Muamar Al Gadafi abolió tras el golpe de estado del 1 de septiembre de 1969 contra el primer y único rey de Libia, Idris I.

 

 

EFE

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