Los niños que beben leche entera son más delgados y tienen niveles más altos de vitamina D que los que beben leche baja en grasa, así lo sugiere una nueva investigación.
Al parecer los niños que bebieron leche entera tuvieron una puntuación en el Índice de Masa Corporal de 0,72 unidades por debajo de los que bebieron leche descremada.
Según el autor, el Dr. Jonathon Maguire, pediatra del St. Michael’s Hospital, en Toronto, Ontario, Canadá, se trata de una diferencia entre tener un peso saludable y sufrir sobrepeso.
El estudio no evaluó por qué el consumo de leche con un mayor contenido de grasa se asoció con menores puntuaciones de IMC, pero Maguire planteó la hipótesis de que aquellos que bebían leche entera se sentían más llenos en comparación con aquellos que solo consumían leche baja en grasa o descremada.
Si los niños no se sienten satisfechos con el consumo de leche, serán más propensos a comer otros alimentos que son menos saludables y que les aporten mayores calorías, así lo argumenta el Dr. Maguire.
Por lo tanto, los niños que beben leche baja en grasa pueden consumir más calorías en general que los que beben leche entera.
Leche entera: Con un mayor aporte de vitamina D
El estudio también encontró que los niños que bebían una taza de leche entera por día registraban niveles de vitamina D comparables a los que bebían casi tres tazas de leche descremada. Lo que podría deberse a que la vitamina D es soluble en grasa, es decir, que se disuelve en la grasa de mejor forma que en el agua.
También puede haber una relación inversa en los niños entre la grasa corporal y las reservas de vitamina D, según el estudio.
“Los niños que beben leche baja en grasa no tienen menos grasa corporal y tampoco se benefician de los niveles más altos de vitamina D en la leche entera -explica Maguire-. Es un doble aspecto negativo de leche baja en grasa”.
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