Las vacunas son una de las mayores historias de éxito en materia de salud pública y están reconocidas como las intervenciones más efectivas tras la potabilización del agua. Además, sirven para prevenir enfermedades infecciosas. De hecho, la Organización Mundial de la Salud (OMS), afirma que las vacunas salvan de dos a tres millones de vidas al año y además ayudan a prevenir al menos 30 enfermedades infecciosas en todo el mundo.
Pese a estos datos, Amós José García Rojas, presidente de la Asociación Española de Vacunología (AEV), explica que la vacunación en niños (entre 1 y 2 años) cuenta con una cobertura del 97 por ciento y que por el contrario, en mayores de 65 años el porcentaje es mucho menor, un 57 por ciento. Esto es un resultado alejado del objetivo del 75 por ciento marcado por la OMS. “Esta situación se debe a la falta de percepción de riesgo por parte del adulto a determinadas enfermedades que son prevenibles por vacunas”, señala.
Asimismo, Fernando Moraga-Llop, vicepresidente primero de la AEV, añade que los adultos no realizan un seguimiento periódico de su estado vacunal, solo lo consultan puntualmente si viajan o padecen una enfermedad crónica.
La inadecuada protección en los adultos
Los expertos subrayan que la vacunación es importante en niños, adolescentes y adultos, ya que independientemente de la etapa de vida en la que nos encontremos, es importante que se administren las vacunas necesarias en función de factores como la edad, el estado de salud, el estilo de vida, el trabajo que se realice, las afecciones, los viajes y las vacunas que se hayan recibido en el pasado.
Rojas destaca que en los países desarrollados la mortalidad por enfermedades prevenibles es mayor en los adultos. Esto sucede, muchas veces, porque existe un desplazamiento de enfermedades propias de la infancia hacia la edad adulta, donde las complicaciones de estas patologías son más frecuentes y más graves. También, por la creencia de que las vacunas se limitan a la población infantil.
“Existen vacunas específicas para el adulto sano como son las dosis de recuerdo, las vacunas calendarizadas en la edad adulta, así como para determinados grupos de riesgo”, señalan.
Beneficios de la vacunación
Los dos especialistas explican que la correcta prevención de la población a lo largo de la vida permite evitar la enfermedad y la discapacidad, al mismo tiempo contribuye a lograr un envejecimiento activo y saludable. Por ello, es fundamental seguir un calendario vacunal en todos los ciclos de la vida.
Por un lado, las mujeres embarazadas deben vacunarse para proteger al feto, ya que los niños son muy vulnerables y al nacer no están protegidos frente a enfermedades infecciosas.
Igualmente, se debe tener en cuenta que las vacunas de la infancia no son válidas con los años. Por lo tanto, durante la adolescencia y la edad adulta se deben renovar y actualizar las necesidades preventivas.
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Por Confirmado: Gabriella Garcés