Las encuestas dicen lo que se respira en las calles. Un profundo y extendido deseo de cambio. Pero -siempre hay uno o un manojo de peros- es indispensable y definitivo transformar esa emoción y ese reclamo en votos. Y lo que sería normal en cualquier situación normal es, en nuestra Venezuela, un proceso complejísimo por los enormes escollos que hay que vencer.
Lo saben las fuerzas políticas democráticas que promueven la candidatura de Edmundo González Urrutia. Lo saben los ciudadanos que temen, y con razones suficientes, que este sistema político que impera en Venezuela hace un cuarto de siglo permita y acepte una derrota en las urnas electorales. Saben que están poniendo y seguirán poniendo todo tipo de obstáculos para que los venezolanos expresen lo que es un amplio sentimiento de rechazo y cambio. Lo sabe María Corina Machado, nadie más que ella, la líder del proceso político en marcha que a 55 días del Día D, nuestra Normandía del 28 de Julio, mandó por las redes sociales -la inmensa mayoría de los medios están secuestrados, bloqueados, silenciados- un mensaje enfatizando cuáles son las tareas de este momento y hasta la fecha electoral.
Primera, todo venezolano con derecho a votar debe verificar sus datos en el Registro Electoral. Por decisión inconsulta del Consejo Nacional Electoral mucha gente ha sido cambiada de centro de votación. Entrando en la página cne.gob.ve -también mandando un mensaje de texto al número 2637- el elector podrá conocer dónde le toca votar y tomar con tiempo sus previsiones al respecto.
Segunda, todo venezolano debe verificar si salió sorteado para ser miembro de una mesa de votación. También se puede verificar con el mensaje de texto o consultando la página señalada. El miembro de mesa es una autoridad durante el proceso de votación y escrutinio en el respectivo lugar donde le corresponda. Recibir formación es fundamental. El CNE la ofrece online, pero -uno más- es insuficiente y se puede hacer más exhaustiva en contacto con las organizaciones que impulsan el cambio político y pretenden garantizar la pulcritud del acto de sufragar.
Tercera, hay que votar bien. El tarjetón apabulla al elector con toda una hilera superior en la que solo aparece el rostro de Nicolás Maduro. Edmundo González Urrutia aparece en la segunda fila, quinta columna, de candidatos, postulado por la tarjeta de la Mesa de la Unidad Democrática, la de la manito. (Además lo respaldan las tarjetas de Movimiento por Venezuela, MPV, también en la segunda fila, séptima columna; y la de Un Nuevo Tiempo UNT, debajo exactamente de la de MPV). Un solo voto pero bien marcado.
Machado anunció que se comunicará todos los lunes desde ahora en adelante por la vía de las redes sociales para exponer los avances de la campaña electoral y recordar las tareas fundamentales para llegar al día de las votaciones. El tránsito electoral se aceleró desde el 18 de mayo en el acto de La Victoria, estado Aragua, cuando por primera vez Edmundo González Urrutia se subió a una tarima en compañía de María Corina Machado. Repitieron un acto similar en Guatire, en el borde oriental de Caracas, el 31 de mayo.
La líder de Vente Venezuela en una suerte de campaña admirable ha continuado recorriendo el país por su cuenta, en actos multitudinarios, en San Fernando de Apure, Puerto Ayacucho, Barquisimeto, Carora y Cabudare, y estará entre los días 5 y 7 de este mes en los estados Bolívar y Delta Amacuro. Machado, en su primer reporte de este lunes pasado, indicó que se han creado más de 27.000 comanditos -10 personas al menos por cada uno- en todo el territorio nacional. Los comanditos son la estructura organizativa ciudadana para promover el voto, informar sobre los mecanismos del sufragio y defender la confiabilidad del veredicto electoral.
Ante la previsible ausencia de una amplia observación electoral -tras la revocatoria de la invitación a la Unión Europea y los anuncios de que Brasil y Colombia de que no enviarán misiones de peritaje electoral- la contraloría ciudadana se vuelve indispensable. Así con las condiciones para votar el 28J impuestas por el gobierno autocrático al mando.
Editorial de El Nacional