Sobrevuelan bajo, casi al ras de la superficie, con dos tripulantes que dirigen la nave acondicionada para tener mayor capacidad de combustible y así atravesar más distancias. En ellas pueden cubrir periplos sin escalas que van desde el estado de Chiapas, en el sur de México, hasta las provincias de la costa ecuatoriana.
Son las características de las denominadas ‘narcoavionetas’ que se usan para el tráfico de drogas y otros delitos como el lavado de activos. Esta información se recopila de la revisión de dos de los procesos emprendidos tras el hallazgo de seis de estas naves desde mayo del 2012 y entrevistas con policías de la Unidad Antinarcóticos.
La última incautación se dio el 14 de enero pasado, en la comuna Ayangue, en Santa Elena. Sus dos tripulantes se vieron obligados a aterrizar en el lugar para proveerse de combustible, según informó la Policía.
El plan de la organización delictiva, según autoridades policiales, era sobrevolar de Guatemala a una piladora de Puerto Inca del cantón Naranjal (Guayas), donde recogerían la droga que se trasladaría a México.
Luego del aterrizaje fortuito en Ayangue, la Unidad Antinarcóticos realizó operativos simultáneos en los que se decomisaron 375 kilos de clorhidrato de cocaína en la piladora de Puerto Inca, y se hicieron once detenciones con las que suman 45 los procesados por los casos de las ‘narcoavionetas’ incautadas.
De las cinco naves decomisadas (otra se estrelló en el cantón Pedernales, en Manabí, con
$ 1’342.000), al menos tres fueron detectadas por situaciones fortuitas en las que sus tripulantes debieron abandonar la nave. Los otros dos casos han respondido a seguimientos que la Unidad Antinarcóticos ha emprendido tras información recopilada o denuncias telefónicas.
Leonidas Lema, fiscal cuarto de la Unidad contra la Delincuencia Organizada, Transnacional e Internacional del Guayas, investigó estos dos últimos casos. Dice que por uno de ellos ya hay ocho sentenciados (los del caso ‘Danubio Azul’), mientras que el otro aún está en proceso de instrucción fiscal. Es el caso ‘Galaxia’, en el que se decomisó una avioneta Cessna que aterrizó a las 18:40 del 6 de junio pasado en una pista clandestina del sitio Campo Verde en El Empalme (Guayas).
En esta nave llegaron los mexicanos M.A.V.R. y LJ.A.C., quienes declararon en el juicio que iban a recibir $ 3.000 cada uno por traer personas desde costas ecuatorianas de retorno a México. También se determinó que esta avioneta fue acondicionada para aumentar su capacidad de combustible, que pasó de 90 a 150 galones, con lo que podía sobrevolar hasta por 7,5 horas.
De las seis naves detectadas, cuatro han sido de tipo Cessna. Las facilidades para aterrizar y despegar en pistas cortas (de entre 300 m y 700 m de largo) y la característica de que pueden volar bajo para evadir la detección de los radares que hay a lo largo de sus periplos serían las ventajas de estas naves, según un oficial de inteligencia que pidió la reserva de su nombre.
Las evidencias de los casos reflejan que las avionetas son usadas para ingresar el dinero que se usa en el lavado de activos y para el traslado de hasta 500 kilos de droga. El dinero que ingresa al país serviría, según el mismo agente, para la compra de fincas que luego son usadas como centros de acopio de droga o pistas clandestinas; al igual que para pagar a los locales por el traslado del alcaloide.
Según agentes antinarcóticos consultados, estas naves sobrevuelan sobre el océano Pacífico a baja altura, lo más alejadas de las costas continentales, para evitar los radares estadounidenses instalados en Colombia, antes de ingresar al espacio aéreo nacional.
Llegan para recoger la droga, tal como pretendían hacer con los 500 kilos de cocaína incautados en el operativo ‘Danubio Azul’, realizado en Santa Elena en noviembre del 2012, cuando una avioneta aterrizó en el km 62 de la vía Guayaquil-Salinas.
El experto en seguridad y exasesor del Ministerio del Interior entre febrero y diciembre del 2010, Ricardo Camacho, asegura que el tema de las ‘narcoavionetas’ no es nuevo en el país y que “la falla está en que no se tenía ni se tiene” la tecnología (radares de punta) que permite detectar el ingreso de estas naves al espacio aéreo nacional.
El 4 de junio del 2012, el coronel (r) del Ejército y exdirector de Inteligencia Mario Pazmiño hizo una denuncia en Twitter: “El viernes (1 de junio del 2012) ingresó en horas de la noche nueva avioneta sin ser detectada por radares chinos”. En otro tuit añadió: “Se conoce extraoficialmente que Colombia informó a FAE posible lugar de aterrizaje de avioneta. Eso se llama INDEFENSIÓN AÉREA”.
Este hecho se refiere a la avioneta que fue abandonada el 2 de junio del 2012 en un hangar de la comuna San Pablo, en Santa Elena. Desde entonces aún no se concretan detenciones por este caso, al igual que por la avioneta abandonada en una bananera del cantón Valencia (Los Ríos), el 27 de enero del 2013.
Según el ministro del Interior, José Serrano, la información divulgada por Pazmiño frustró la detención de al menos quince personas que estaban siendo investigadas por la Fiscalía. Ahora Pazmiño enfrenta un proceso de indagación previa por la divulgación de “información de carácter reservado”.
Este Diario solicitó entrevistas con el jefe de la Dirección Nacional de Antinarcóticos, Juan Carlos Barragán; y el jefe antinarcóticos del Guayas, Wladimir León, pero ambos aseguraron que podían hablar siempre y cuando exista autorización del Ministerio del Interior. Se realizó la solicitud respectiva ante esa dependencia, pero no hubo respuesta.
Fuente: El Universo