La red social sigue siendo la historia de un éxito, pero tú dejaste de utilizar tu cuenta hace mucho tiempo, o lo haces ya un par de veces al año, cuando antes la utilizabas varias veces al día ¿Por qué? Estas son algunas razones apuntadas por diversos estudios
1. La dificultad de acotar la privacidad
ABC/La compañía ha lanzado varias campañas para explicar cómo manejar la privacidad y evitar fugas por este motivo
Que 1.350 millones de usuarios activos en una web supongan un motivo de preocupación para una empresa solo es razonable si esa empresa es Facebook y tu número de usuarios registrados que han dejado de visitarte es de otros 200 millones en todo el planeta. Una cifra por la que cualquier otra web entregaría su alma.
Las innovaciones que Facebook introdujo a mediados de 2012hicieron evidente que controlar quién podía llegar a ver tus actualizaciones era un pequeño ejercicio de ingeniería. En tu muro comenzaban a aparecer publicaciones de desconocidos por el simple hecho de que un amigo en común hubiera interactuado con dicha publicación.
Muchos se preguntaron si sus propias fotos aparecerían en muros a los que no querían llegar. Aunque la red puso empeño en explicar el modo de que esto no sucediese, ocurrían dos cosas: muchos no quisieron perder su tiempo en configurar su privacidad, y otros muchos lo hicieron mal, por lo que sus fotos y comentarios seguían llegando a terceros que nada tenían que ver con su vida, o peor: sí tenían que ver pero no estaban invitados a verla.
2.¿Somos amigos?
En sus orígenes, la red social servía para dos cosas: por un lado, tener un lugar donde compartir con tu círculo cercano tu vida y, por otro,contactar con viejos amigos algo perdidos en el tiempo, cuyo rastro perdido se actualizaba de inmediato.
Al margen de otras consideraciones sobre ambos aspectos, el círculo se fue ampliando a golpe de compañeros de trabajo, viejos conocidos a los que no quisieras volver a ver e, incluso, desconocidos a los que un extraño entendimiento de la cortesía nos decía que había que aceptar como amigos. Obviamente, la acumulación de amigos que no eran tal, acotó sensiblemente la libertad de publicación de ciertos temas.
3. Aburrimiento contagioso
A. MINGOTE /Viñeta publicada en ABC el 1 de agosto de 2005
La novedad era tal, que insospechadamente nos vimos todos haciendo una cuenta en Facebook, abriendo galletas de la suerte y subiendo fotos sin moderación alguna. Todavía sin «Me Gusta» que pulsar, las decenas de «amigos» que entonces formaban los círculos de cada uno de los miembros de la red social eran hiperactivos y casi a diario actualizaban, comentaban, hacían, quitaban…
La novedad se fue desinflando, los amigos no deseados fueron añadidos, la privacidad complicando y hasta la imaginación menguando. El interés inicial se ha diluido hasta el punto de que la red social trata de actualizar ciertas funcionalidades con premura para no seguir perdiendo actividad. La propia caída de actividad redunda en el aburrimiento de quienes tienen pocas cosas que leer de quienes se han aburrido ya.
4. La eclosión de Twitter
ABC /La cuestión, tan habitual, es motivo de preocupación en esos foros de internet que todo lo contienen
Aunque Twitter está lejos del éxito de usuarios inicial y mantenido porFacebook, hay una segunda estadística que combate esta primera: quienes eligen a la red de «microblog» para compartir sus pensamientos lo hacen más veces al día y más días al mes. Aunque ambas redes presentan diferencias sustanciales que hacen que la una no sustituya a la otra, sino que sean complementarias.
La segunda está lejos de ser una comunidad de amigos, por lo que los mensajes pueden llegar a tanta gente como desee recibirlos, incluso no siendo miembro de la red. Aunque buena parte de los usuarios de la segunda red lo son también de la primera, una parte importante ha dejado de usar Facebook por preferir el formato de Twitter.
5. Redes específicas
Otro estudio publicado referido a personas de entre 30 y 50 añosafirmaba algo similar. Pero esta vez la elección de otras redes no estaba ligada a la funcionalidad, sino a la especificidad. Amantes de lafotografía, del diseño, de la música, de… Al calor del éxito cosechado por las grandes redes sociales han nacido infinidad de redes que se ocupan específicamente de una materia.
Según un estudio realizado por la Universidad de Princeton (EE.UU.), la plataforma creada por Mark Zuckerberg se encamina a la pérdida de un 80% de sus usuarios actuales de aquí a 2017. El estudio ha sido realizado por dos aspirantes a graduarse como doctores en Ingeniería Mecánica y Aeroespacial. El trabajo ha sido publicado en internet, pero todavía está siendo sometido a estudio antes de ser publicado oficialmente.
Unos y otros usuarios se han ido desplazando dejando millones de cuentas inactivas en Facebook. A esto hay que sumar los perfiles de fallecidos, que habitualmente continúan activos. Webpage FX destaca que 30 millones de usuarios de Facebook murieron en los ocho primeros años de existencia de dicha red social. Cada día, unas diez mil personas fallecidas son etiquetadas en una fotografía, le llegan felicitaciones de cumpleaños o reciben una solicitud de amistad.
Pues sí. Un buen día apareció su solicitud de amistad en tu perfil y ya entonces se te escapó una sonrisa. Tú que habías tardado meses en superar aquello te enfrentas de nuevo a su vida. A su matrimonio, a sus hijos, a su nueva residencia en Valencia. La mitad es lo gracioso que te parece todo, la otra mitad una nostalgia venenosaque comienza a hacer que vayas directo a su perfil cada vez que abres Facebook.
O peor, a tu nueva pareja no le hace ninguna gracia. O más grave aún. Tu ex reciente sigue ahí. Primero borraste su perfil. Después lobloqueaste, para no ver sus comentarios en las entradas de vuestros amigos recientes. Pero no has podido evitar que un tercero cuelgue sus fotos pasándolo tan bien. Las soluciones son dos: o borras a todos los amigos en común con tu ex o dejas Facebook. Y eso también ocurre.
Según un estudio realizado en 2010 por la Universidad de Denver, el cual bien podría tener vigencia actualmente, las actitudes negativas de algunos usuarios, la reiterada publicación de soflamas incendiarias sobre política o religión o «spamear» al personal sobre algún tema en cuestión -aunque sea trivial- son más propensas a borrar del mapa de sus contactos.
Y en algunos casos la realidad es lo que parece. No son pocos los estudios publicados que aseguran que, lejos de ser solo un reflejo de, las redes sociales han sido también incentivo para la infidelidad. La investigadora Jaclyn Cravens, candidata a un doctorado en el programa de Terapia de Matrimonio y Familia, usó el pasado año datos del portal Facebookcheating.com para determinar el efecto de la infidelidad cibernética y la medida en que ésta crea emociones similares para la parte engañada.
Sea verdad o no, lo cierto es que la red ha sido testigo y causa de muchas rupturas de parejas y amistades. Un problema fácil de evitar. Dejando, como parece que comienzan a hacer adolescentes y no tan adolescentes, la membresía.