Son «familia» de las pirámides de Egipto, pero no aparecen en los paquetes de viajes tradicionales.
Son las pirámides nubias, construidas para servir a los emperadores kushitas.
Despertándome con el sol ardiente sobre el rostro y esforzándome para abrir los ojos eché una mirada a través del herrumbroso desierto del Sahara para ver si alguien se sentía emocionado.
Viajaba con un pequeño grupo de amigos y habíamos pasado la noche durmiendo bajo las estrellas solo con la suave arena como colchón.
Mientras los demás aún dormían, escalé una gran duna para poder contemplar mejor lo que vinimos a encontrar. A varios kilómetros cientos de enormes pirámides se elevaban sobre el desierto en un sitio que pocos viajeros han visto antes.
Las pirámides perdidas de Sudán
Entre los años 2.600 a.C y 300 d. C esta zona conocida como la antigua Nubia fue gobernada por los kushitas, quienes fueron tanto enemigos como amigos de los egipcios en distintas épocas y siguieron muchos de sus rituales, tales como enterrar a reyes y reinas en tumbas en pirámides.
Hay más de 250 pirámides a lo largo del Nilo en Sudán, un número mucho mayor que las encontradas en Egipto.
Un viaje en el tiempo
Llegamos a Sudán atraídos por un amigo que había pasado tres años enseñando inglés en una escuela en Jartum y que nos contó fascinantes anécdotas sobre exploraciones en la antigua Nubia, cocinando en fogatas entre dunas de arena y conociendo arqueólogos que descubrieron objetos abandonados por civilizaciones que existieron hace 5.000 años.
Decidimos visitarlo y hacer un viaje a través del tiempo, conduciendo a lo largo del Nilo desde Jartum hasta Dongola, explorando las pirámides y otras ruinas en el camino.
Parada en la carretera
Sudán es un destino turístico poco frecuente y nada fácil de visitar.
Las visas para ingresar al país requieren una enorme cantidad de trámites burocráticos y, una vez allí, es raro tener recepción telefónica.
Sin embargo, son costos menores ante la gran riqueza de la historia antigua de un país con gente extremadamente amistosa y hospitalaria.
En Jartum alquilamos un automóvil con un conductor local para que nos ayudara a sortear las lentas carreteras llenas de baches y los numerosos controles policiales (el terrorismo es una amenaza constante en Sudán).
Recorrer apenas 100 kilómetros puede llevar varias horas y las paradas en la carretera son indispensables.
En los improvisados tenderetes de los pueblos del camino nos recibieron cálidamente con tazas de té dulce y nos ofrecieron camas preparadas para que la gente descanse de sus largos viajes.
Restos de una capital antigua
A lo largo de la carretera que sale del norte de Jartum nuestra primera parada importante fue en las pirámides de Meroe, la capital del reino de kushita desde el año 300 a.C (capitales anteriores incluyeron a Kerma y Napata).
Elevándose solitarias en el medio del desierto sudanés por más de 2.000 años,fueron construidas después de las pirámides egipcias y sirvieron de sepulcro para los reyes y reinas de Meroe.
Se encuentran cerca del Nilo, importante fuente de agua y una ruta comercial hacia Egipto que une a muchas de las antiguas ruinas que se encuentran en el presente en Sudán.
Distintas a las egipcias
A diferencia de las pirámides egipcias de Giza, las de Meroe son un poco más pequeñas con sus lados más inclinados y las bases y templos de ofrendas adyacentes más estrechos.
Se encuentran en diferentes estados de deterioro debido a los saqueos de buscadores de tesoros en el siglo XIX.
Algunas están en perfecto estado, pero otras son irreconocibles montones de escombros. Su distintivo color más oscuro se debe al mayor contenido de hierro en las rocas.
Las pirámides de Meroe fueron declaradas como patrimonio mundial de la Unesco en 2011, pero debido a su ubicación en el noreste de Sudán –un lugar que trae a la memoria imágenes de guerra y crisis económica– reciben pocos visitantes, normalmente no más de diez al día.
Pirámides poco visitadas
Un solitario vendedor de entradas nos recibió en la entrada del sitio de Patrimonio Histórico. Luego, nos dirigimos al primer grupo de unas nueve pirámides en el Cementerio del Sur (Meroe tiene tres cementerios: Norte, Sur y Oeste, separados por pocos kilómetros entre sí).
Faraón tallado abandonado
En 2003 se encontraron esparcidas por el desierto cerca de Kerma más de 40 grandes estatuas de faraones hechas con granito que, se cree, representaban a los gobernantes del imperio kushita.
La mayoría fueron recogidas y enviadas a museos pero algunas (como ésta, erosionada, que reposa de costado) se han quedado en el desierto para que viajeras como yo las puedan descubrir.
Fuente:bbc.com