A través de un artículo firmado por el periodista Nicholas Casey, The New York Times informó que mantenía conversaciones con el exfuncionario del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas, Óscar Pérez, antes de que fuera descubierto por las autoridades venezolanas en El Junquito, el pasado 15 de enero.
“Pérez pasó muchos días y tardes de este enero agachado sobre la pantalla de un celular, a través del cual enviaba mensajes encriptados a The New York Times; la identidad de ambas partes era confirmada ante el otro mediante un video breve que se enviaba en cada intercambio de mensajes”, señala el texto.
Asimismo, detallan que los mensajes de texto enviados en diciembre y enero, además de grabaciones y entrevistas realizadas durante el mismo periodo, representan algunas de las últimas palabras del hombre que llegó a ser el más buscado en Venezuela luego que en junio del año pasado encabezó un ataque a bordo de un helicóptero al Tribunal Supremo de Justicia y el Ministerio de Relaciones Interiores, Justicia y Paz.
“Lucho por la libertad del país, la oportunidad de un mejor mañana (…) el temor de [perder] la vida es lo menos que tengo ahora. No es el temor de la vida, sino el temor de fracasar, de fallar a la gente”, expresó Pérez un mediodía a principios de enero a través una aplicación de mensajería.
Según lo publicado en el medio norteamericano, Pérez había señalado que durante años pensó en usar el helicóptero para expresar su desacuerdo con el Gobierno de Nicolás Maduro, sin embargo, resaltan que en el transcurso del 2017 “su furia se unió a la de miles de venezolanos que salieron a las calles durante cuatro meses de violentas protestas. Dijo que culpaba a Maduro y a su gobierno por la situación de Venezuela: la escasez, la corrupción y la creciente delincuencia en el país”.
“No había recurso (…) ves técnicos trabajando con reactivos que ellos mismos tienen que comprar para trabajar”, comentó al tiempo que contó que la semana previa al ataque en helicóptero, su hermano había sido asesinado por ladrones cuando le robaron el teléfono celular; lo apuñalaron a dos cuadras de su casa. “Tuve que ir a reconocer a mi hermano, tendido sobre una plancha de acero, totalmente fría. Tú siendo policía ves cómo alguien tan directo a ti muere por el flagelo de la delincuencia producto de una mala gestión del gobierno”, manifestó.
Pérez acotó durante las conversaciones con el medio que cuando las autoridades estaban cada vez más cerca de él, seguía confiado en que continuaría siendo más astuto que ellos. “Siempre estamos un paso adelante gracias a la gente que nos respalda, a mi equipo de inteligencia que está dentro de las instituciones”, dijo.
Antes de irse a dormir la noche del domingo 14 de enero, Pérez envió de nuevo un mensaje a The New York Times: “Te aviso…”, dijo, refiriéndose a una hora para la siguiente entrevista. Era pasada la medianoche, las 12:45 am. Sin embargo, falleció durante la mañana del lunes de varios impactos de bala.
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