Con la poca comprensión lectora que tienen algunos por los lados de Miraflores, seguramente entendieron que con el trabajo de investigación de la Universidad Johns Hopkins se comprueba el “excelente” manejo que ha hecho el gobierno chavista de la pandemia de covid-19 en el país.
Con la recopilación que hizo la casa de estudios se podría entender que si en un país la tasa de mortalidad por la pandemia fuera solo la cuarta parte del registro global, sería un modelo para todo el planeta. Serían unos genios los que gestionan para ese gobierno el diagnóstico y tratamiento de los enfermos, pero también todos los demás involucrados en desarrollar las políticas de prevención contra la diseminación del virus entre la población.
La universidad estadounidense apunta a Venezuela como caso extraordinario que cumple perfectamente con lo que se describe anteriormente. De acuerdo con los números oficiales, es decir, los que entrega el gobierno chavista, el país solo ha registrado 196 muertos de covid por cada millón de habitantes, y esto es una estadística excepcional, por lo que sería bueno que todos los países copiaran su proceder. ¿O es más lógico pensar que se trata de una terrible manipulación de cifras? Los especialistas venezolanos están seguros de eso, aunque los investigadores de la Johns Hopkins solo asomen la duda.
Desde hace tiempo se ha dicho que existe un severo subregistro del número de contagios, entre otras causas porque no se procesan las pruebas suficientes. Pero la intención de este error estadístico se puede interpretar como parte de la política del gobierno de Nicolás Maduro, porque cuando se declaró la pandemia a escala mundial, desde Miraflores se ordenó que solo el Instituto Nacional de Higiene sería el encargado de procesar las pruebas que se reconocerían como oficiales.
Es obvio que para ellos es primordial tener el manejo confidencial de lo que sucede con este y cualquier otro registro de enfermedades y tasas de morbilidad y mortalidad. Esa ha sido la constante durante estos 20 años, nada de información oficial. Así que la universidad estadounidense no debería dudar ni un minuto de que se trata de una manipulación horrenda de la realidad, que si solo fuera eso, poco importaría. Lo que pasa es que en lo que se refiere a la salud, con lo único que cuentan los venezolanos es con los médicos que, con toda su vocación, no han dejado de trabajar por ellos.
Para el primer día de marzo, la comisión que se supone que lleva las cuentas de los contagios y las muertes por covid informó que se registraron 3 decesos y solo 329 nuevos casos. ¿Puede alguien confiar en estos datos? Mienten a todos y con eso exponen a la ciudadanía a los peores peligros con el agravante de que ni siquiera les aseguran tratamiento, y ahora ni vacunas, porque la Sputnik no volverá a llegar.
Editorial de El Nacional