Cuando Katiusca va a surtir la bodega que tiene en el sector Colinas de Valle Verde en Puerto La Cruz, se levanta a las 5:00 de la madrugada a ver si le alcanza la mañana en la búsqueda de las compras para la semana, pero desde hace algunos meses las opciones han comenzado a desaparecer.
En su negocio ha dejado de exhibir chicharrones, Ruffles y Doritos, pues no los ha encontrado en ninguna de sus presentaciones.
“Era lo que más vendía, y ahora sólo tengo Cheese Tris y Pepitos, porque los Platanitos aumentaron tanto que ya ni los piden”.
Cuenta que cuando comenzó a vender chucherías en su comunidad, hace siete años, la opción más cara costaba 10 Bs., y en la actualidad eso no alcanza ni para una chupeta. Hoy sus exhibidores están vacíos, y en ocasiones ha tenido que vender productos de la cesta básica para compensar la ganacias que ha dejado de percibir.
“Las chucherías están escasas y cada día es menor la ganancia que me queda”, dijo.
Hace algunos meses comenzó a vender helados para aumentar sus ingresos, pero la escasez de azúcar la ha limitado en su trabajo.