DeMar DeRozan fue el arma definitva de los Chicago Bulls que vencieron 103-121 a los diezmados Ángeles Lakers, que no cuentan con su estrella LeBron James por lesión, con un aporte del escolta visitante de 38 puntos y 6 asistencias.
Los Bulls (10-4) acariciaron ventajas de 30 puntos en un encuentro en el que DeRozan estuvo acompañado por Lonzo Ball (27 puntos con 7 triples, 7 rebotes y 8 asistencias) y Zach LaVine (26 puntos con 6 triples, 5 rebotes y 5 asistencias).
El desastre de los Lakers (8-7) fue completo ya que Anthony Davis (20 puntos y 6 rebotes) fue expulsado en el tercer cuarto por doble técnica.
Talen Horton-Tucker (28 puntos y 6 rebotes) y Russell Westbrook (25 puntos, 6 rebotes y 8 asistencias) fueron los máximos anotadores de unos Lakers con un lamentable 6 de 32 en triples.
Frente a ellos, los Bulls anotaron el 55 % de sus tiros y el 44 % de sus triples.
Alex Caruso, ganador del anillo de la «burbuja» con los Lakers, regresó por primera vez a Los Ángeles desde su traspaso a Chicago y recibió una gran ovación en el Staples Center.
Los Bulls se marchan de la ciudad californiana con la moral por las nubes tras tumbar a los Lakers y a los Clippers (90-100) en dos días seguidos.
Especialmente brillante se ha mostrado DeRozan, originario de Los Ángeles -sonó como posible fichaje para los Lakers este verano- y que entre los dos partidos acumuló 73 puntos con 27 de 39 tiros.
Los Lakers tenían un calendario relativamente fácil en los 15 primeros encuentros de la temporada que, sin embargo, han cerrado con un pobre 8-7.
Ahora empiezan una gira de nueve días por la Conferencia Este que les llevará a canchas muy complicadas como las de Milwaukee Bucks, Boston Celtics y New York Knicks.
Los Lakers sufrieron desde el principio a DeMar DeRozan y Zach LaVine, que exhibieron las limitaciones defensivas de los locales tanto en el perímetro como en la zona (11-18 a falta de 6.08).
Los Bulls superaron la decena de puntos de ventaja ante los numerosos agujeros de los Lakers, pero los 8 puntos de un voluntarioso Russell Westbrook limitaron el daño para los locales (25-33).
El base continuó en el segundo cuarto dando vida a los de púrpura y oro, que trataron de igualar la intensidad de los de Chicago (35-39 a falta de 7.44).
Pero dos triples seguidos de un Lavine con muchas ganas volvieron a agrandar la ventaja de los Bulls (37-50 con 4.34 por jugar).
Junto a Lavine (17 puntos y 5 triples), el protagonista de la primera mitad fue DeRozan, un asesino letal que sin hacer mucho ruido se plantó en 22 puntos en los dos primeros cuartos.
La puntería de los Bulls era para enmarcar: se marcharon al vestuario con un 56 % en triples.
Las cosas solo fueron a peor para los Lakers.
DeRozan y Lavine, acompañados por un Lonzo Ball cada vez más activo y suelto, ahondaron en la maltrecha defensa angelina y corrieron al contraataque con pasmosa facilidad (55-70 a falta de 7.49).
Los Lakers no encontraban freno para el ataque de los Bulls.
Lavine se lució con un estupendo mate y, justo después, DeRozan encadenó dos canastas de media distancia que son marca de la casa.
Anthony Davis, muy ausente en la primera parte, intentó dar oxígeno a los Lakers (64-79 con 5.01 por jugarse).
Pero era cuestión de tiempo de que los Bulls lograran los 20 puntos de diferencia, una distancia que alcanzaron con un dos más uno de DeRozan entrando por la zona de los Lakers con absoluta tranquilidad (66-86 a falta de 2.20).
Poco después Davis fue expulsado por doble técnica para echar sal en la herida de los Lakers (73-94).
Recurriendo al orgullo, los angelinos orquestaron un amago de remontada coronado con un gigantesco mate de Talen Horton-Tucker (83-98 con 9.45 para el final).
Pero el espejismo no duró nada: un Ball magistral en el último cuarto metió 8 puntos casi seguidos -incluidos dos triples- para liderar un parcial de 2-10 que cerró una espléndida victoria de los Bulls y una triste derrota más de unos Lakers muy decepcionantes.
Fuente: El Universal