La tensión entre la mayoritaria comunidad hindú y la minoría musulmana en la India persiste veinte años después de los disturbios religiosos en los que murieron más de un millar de personas, sobre todo musulmanes, en la región de Gujarat, que gobernaba el ahora primer ministro, Narendra Modi.
La muerte de 59 peregrinos hindúes al incendiarse el tren en el que viajaban el 27 de febrero de 2002 en el pueblo de Godhra en Gujarat desencadenó una matanza indiscriminada contra musulmanes, a los que culparon del incidente, que se prolongó durante varios días.
Fuente: EFE