La prestigiosa revista inglesa dedica su último número a la crisis política que sacude a Brasil
La crisis en Brasil, noticia en el mundo entero.
LONDRES.- No es la primera vez que Brasil es tapa. Es la cuarta, y la segunda de 2016. La primera había sido en enero, cuando el título también era claro: «La caída de Brasil». En esta última edición, la prestigiosa revista inglesa The Economist vuelve a poner el foco en la crisis brasileña con tres palabras duras: «Time to go» (hora de irse) y una foto de la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff.
El fuerte golpe contra la mandataria se da un en contexto amplio de crisis en Brasil , que ya no es sólo económica sino también social y política. El partido de la alianza con el PT en el gobierno, el Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMBD), evalúa la posibilidad de abandonar; un juez tiene la mirada puesta en el ex presidente y líder del partido oficial, Lula da Silva , sospechado de corrupción y lavado de dinero; el juicio político contra la jefa de Estado avanza alentado por una oposición que no quiere darse por vencida.
En este contexto, hoy la presidenta admitió en forma tácita que su gobierno trabaja para impedir que el partido liderado por el vicepresidente del país, Michel Temer, pase a engrosar la oposición.
La tapa de The Economist.
«Todos estamos bastante interesados en la permanencia del PMDB en el Gobierno», dijo Rousseff, quien está bajo la amenaza de un juicio con miras a su destitución en el Congreso.
«Nosotros queremos mucho que el PMDB siga en el Gobierno», señaló, y agregó: «Vamos a ver cuáles son sus decisiones». La mandataria aclaró que la posición que adopte ese partido «será respetada».
Dilma también habló sobre la situación de Lula y declaró que la decisión del Tribunal Supremo de reservarse todo lo relativo a una investigación por supuesta corrupción contra su antecesor «establece la primacía de la ley».
«Todos deben estar preocupados si los procesos no son hechos dentro de la ley», porque «la base del estado democrático es el cumplimiento de la legislación».
Ayer, la corte retiró la averiguación sobre Lula del ámbito del juez federal Sergio Moro, responsable de investigar las corruptelas en la petrolera estatal Petrobras, y decidió que será el propio Supremo el que llevará lo relativo al ex presidente. La decisión fue tomada después de que Moro difundiera los audios de escuchas hechas al teléfono de Lula, autorizadas por la Justicia por su condición de investigado, en las que incluyó conversaciones con la propia Rousseff.
The Economist/lanacion.com.ar
