Los beneficios de la siesta para la salud se destacan regularmente, pero esta práctica puede suponer un riesgo mayor de diabetes si dura más de una hora, según un estudio japonés recibido con reservas por expertos independientes.
Las personas que hacen siestas diarias superiores a 60 minutos presentan «un riesgo significativamente más alto de diabetes de tipo 2» que los que no duermen la siesta, observaron cuatro científicos de la Universidad de Tokio que sin embargo no demuestran relación de causa a efecto.
Este riesgo suplementario se evalúa en un 45% según el estudio, presentado en un congreso de la Asociación Europea para el Estudio de la Diabetes (EASD) en Alemania, pero que aún no se ha publicado en una publicación revisada por un comité de lectura.
La diabetes de tipo 2, que representa un 90% de los casos de la enfermedad, corresponde a la incapacidad del organismo para regular el nivel de azúcar en la sangre. Si no se trata, esta hiperglucemia puede causar graves problemas de salud, como ceguera, pérdida de sensibilidad de los nervios y afecciones cardiovasculares.
Según el estudio, las personas que duermen siestas inferiores a 40 minutos no se ven más afectadas por la diabetes, después la frecuencia aumenta progresivamente hasta mostrar una diferencia significativa más allá de los 60 minutos.
Los científicos, que han compilado 21 estudios relativos a más de 300.000 personas en total, no han encontrado en cambio un vínculo estadístico entre la duración de las siestas y el peligro de obesidad.
«Este estudio no demuestra con certeza que la siesta diurna provoque diabetes sino solamente que existe una asociación entre ambas que debe ser estudiada», recalcó la EASD en un comunicado de prensa adjuntado al estudio.
Estos resultados se deben considerar con precaución porque no se puede excluir que la frecuencia creciente de las diabetes esté ligada a otras causas, advirtieron varios expertos ajenos al estudio.
«Una posibilidad es que la gente poco activa y con sobrepeso u obesa son probablemente más proclives a dormir siestas durante el día. Y estas personas también tienen mayor probabilidad de desarrollar una diabetes», observó Paul Pharoah, profesor de epidemiología del cáncer de la Universidad de Cambridge (Reino Unido).
También podría darse «una relación de causalidad invertida: una práctica de la siesta durante el día causada por una diabetes no diagnosticada», añadió.
EFE