La segunda temporada de The Mandalorian, que terminó la semana pasada, logró hacer que la serie de Star Wars sea nuevamente la más comentada del momento. Pero su tecnología y efectos visuales guardan secretos sumamente interesantes, entre los cuales destacamos los tres más importantes.
La imponente factura visual de la serie no hubiera sido posible si Disney y Lucasfilm no apostaban por esta tecnología que no se había usado nunca antes en cine o televisión. Se trata de un gigantesco set circular, con una pared de LED dinámica, donde se proyectan escenarios en tiempo real sobre el gran mural.
Esta innovación utiliza la tecnología de videojuegos para que las imágenes de fondo se muevan mientras la serie es grabada. Esto permite que los miembros de los demás equipo puedan trabajar de una forma más tradicional y realista, pues pueden ver los escenarios en movimiento, en vez de las falsas pantallas verdes o azules que se suelen utilizar.
Además de eso, los escenarios proyectados en el inmenso LED interactúan con las extensiones físicas en el set (otro logro que le brinda textura y realismo). Desde luego con efectos digitales hechos en posproducción, aunque estos ya no sean tan abundantes ni invasivos. Si The Mandalorian se luce por esa fotografía delicada es gracias a a The Volume.
Ese enigma llamado Baby Yoda
El personaje favorito de todos fue, durante bastante tiempo, el secreto mejor guardado por la producción. Pero fue sin duda el hecho de que sea una marioneta lo que le sumó varios puntos.
Como se explica en el episodio 5 de la serie documental Disney Gallery: The Mandalorian, Baby Yoda es un muñeco animatrónico de muy sofisticada tecnología. Tanto así que tiene que ser operado por seis técnicos o titiriteros.
Por ejemplo, uno controla el movimiento de las orejas por control remoto, otros se encargada de los ojos, mientras el torso queda a cargo de una marionetista más tradicional. El nivel de coordinación es extremadamente complejo, como el de una banda ensayando, según explica uno de los encargados.
El cineasta alemán Werner Herzog, quien aparece brevemente en los primeros episodios de The Mandalorian e interactúa con el muñeco, quedó encantado con el mismo. Logró convencer a los directores y productores que lo aprovecharan, sin la intervención de efectos digitales. El resultado no pudo ser mejor: hoy es, sin duda, uno de los seres más queridos de toda la saga galáctica.
La apoteósica aparición de Luke Skywalker en el cierre del último episodio dejó a los fanáticos entusiasmados. Sin embargo, la tecnología utilizada para mostrar su rostro no dejó a todos contentos. Para algunos, le hace honor a la saga; para otros, el efecto digital del CGI lució un poco perturbador.
Tampoco es mucho lo que se sabe aún de esta sorpresa. Según los créditos, el actor Max Lloyd-Jones figura como doble del jedi. Sin embargo, es probable que él solo haya interpretado las escenas de lucha. En cambio, parece que es el propio Mark Hamill quien le puso el rostro a Luke, y que la tecnología fue aplicada para rejuvenecerlo.
¿Se seguirá recurriendo al mismo CGI en próximas entregas de la saga? ¿O se buscará otra alternativa que dejé más satisfechos a los seguidores? Eso está por verse.
Fuente: El Nacional
Por: Maria Laura Espinoza
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