A la lentitud de la vacunación contra la covid-19 en Venezuela se sumó la escasez de la Sputnik V, el fármaco por el que el Gobierno acordó con Rusia el envío de diez millones de unidades y del que solo se recibieron, de forma pública, 1.430.000. La vacuna parece hoy un fantasma, mientras un número indeterminado de ciudadanos esperan, sin certezas, la segunda dosis.
El retraso se registra desde hace semanas y las autoridades del país aún no se han pronunciado, pese a que muchos ciudadanos -la mayoría personas de más de 60 años- debían inyectarse la segunda dosis a los 21 días, pero llevan casi dos meses en espera.
Aunque la situación no se presenta exclusivamente en Venezuela, por un problema en la producción de estas vacunas, los representantes de la salud y de diversos sectores reclaman respuestas a las autoridades, que han sido ampliamente criticadas por el «desorden» en el proceso de vacunación.
Rusia ha dicho que el tiempo de inoculación entre la primera y segunda dosis puede ser de hasta 180 días, pero el silencio y la falta de datos sobre la llegada de un nuevo lote de vacunas mantienen a la población bajo «incertidumbre» y «preocupada», sostiene en conversación con Efe el director de la ONG Médicos Unidos, Jaime Lorenzo.
FALLOS EN EL PLAN DE VACUNACIÓN
El doctor señaló que, «si hubiera un plan de vacunación» ordenado y público en Venezuela, este error de gestión de las dosis recibidas, sin tener garantías para completar la pauta, no se registraría.
«Si usted tiene un plan de vacunación, debe tener la seguridad de, si van a ser dos dosis, tener las segundas dosis suficientes para cubrir lo que estabas haciendo», indicó.
En un recorrido por varios puntos de vacunación en Caracas, Efe constató que la Sputnik V está ausente en cada uno de ellos y, aunque los funcionarios se niegan a hablar a las cámaras, confirman que la única vacuna en existencia es la china Sinopharm.
«A mí me pusieron la Vero Cell de Sinopharm», comentó a Efe el jubilado Ildefonso Castán, de 60 años, que aseguró sentirse a gusto con el proceso de vacunación.
La situación es distinta para quienes han sido vacunados con la Sputnik V, pues tienen que visitar constantemente su centro para preguntar si ya llegaron las segundas dosis, como en el caso de la señora Sixta, de 65 años.
«Me dijo el muchacho que estaba esperando y que viniera a cada rato a preguntar para ver cuándo llega la vacuna», relató a Efe.
LOS CONVENIOS DE ADQUISICIÓN DE VACUNAS
Venezuela ha anunciado acuerdos para adquirir veinte millones de vacunas con Rusia -diez de Sputnik V y diez de EpivacCorona-, doce millones de unidades del fármaco Abdala con Cuba, y con el mecanismo Covax, que coordina la Organización Mundial de la Salud (OMS), para un poco más de once millones de dosis, pero no se ha informado públicamente de los convenios con China.
El Gobierno ha difundido la llegada de 1.800.000 dosis de la china Sinopharm, divididas en dos cargamentos, y de 1.430.000 unidades de la Sputnik V en ocho lotes, el último, el pasado 12 de junio.
Según estos datos, Venezuela ha recibido, desde febrero, 3.230.000 vacunas.
El 24 de junio, además, la vicepresidenta ejecutiva, Delcy Rodríguez, anunció la llegada de un lote de la vacuna cubana Abdala -en fase de ensayo en La Habana-, pero sin detallar la cantidad.
A inicios de julio, el presidente Nicolás Maduro aseguró que el país contaba con vacunas en existencia para inmunizar al 20 % de la población, es decir, unos seis millones de personas, pero no aclaró cuándo llegaron estos fármacos ni a cuál laboratorio pertenecían.
Desde entonces, las autoridades venezolanas no han ofrecido más detalles sobre nuevas llegadas, aunque se espera que en las próximas semanas el país reciba dosis de Covax, según anunció la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
Hasta el domingo 25 de julio, en Venezuela se había vacunado a un total de 3.612.473 ciudadanos, de acuerdo con los datos ofrecidos por el presidente, quien prometió inmunizar al 70 % de la población este año, unos 22 millones de personas.
La promesa fue cuestionada reiteradamente, ya que el proceso sigue siendo lento y en el recorrido realizado por Efe solo se constataron largas filas de personas en espera para ser vacunadas en dos centros. Los otros tres estaban casi vacíos y con una vigilancia estricta.
El Gobierno ha señalado en reiteradas ocasiones que la demora en la llegada de vacunas se debe a las sanciones que EE.UU., la Unión Europea y otros países han impuesto a Venezuela, una carencia que -aseguró- se estaba mitigando gracias a países «amigos», como Rusia o China.
Pero a la fecha, el mayor problema en el proceso de vacunación se presenta, precisamente, por al escasez del fármaco ruso.
Venezuela acumula hasta la fecha 306.673 contagios y 3.607 fallecimientos, y hace una semana se anunció la llegada de la variante delta por lo que los gremios y la oposición han urgido nuevamente a acelerar el proceso de inmunización.