Amnistía Internacional publica su Informe Anual junto con una previsión de las tendencias en materia de
derechos humanos para el próximo año
El informe sostiene que los gobiernos deben “dejar de fingir que la protección de civiles no está a su
alcance”
Prevé un aumento del número de civiles en situación de riesgo de sufrir abusos a manos de grupos
armados, la continuidad de los ataques contra la libertad de expresión y el empeoramiento de la crisis
humanitaria y de refugiados; a menos que tenga lugar un cambio fundamental en la respuesta mundial a
los conflictos
Pide medidas globales, incluida la renuncia al derecho de veto de los cinco miembros permanentes del
Consejo de Seguridad de la ONU en situaciones de atrocidades masivas
Los dirigentes mundiales deben actuar con urgencia para hacer frente al nuevo rostro de los conflictos y
proteger a la población civil de la horrenda violencia de Estados y grupos armados. Así lo ha afirmado
Amnistía Internacional al presentar su evaluación anual de la situación de los derechos humanos en todo el
mundo.
“El año 2014 fue catastrófico para millones de personas atrapadas en la violencia. La respuesta global a los
conflictos y a los abusos cometidos por Estados y grupos armados ha sido vergonzosa e ineficaz. Mientras la
gente sufría una escalada de brutales ataques y represión, la comunidad internacional ha dejado mucho que
desear”, ha afirmado Salil Shetty, secretario general de Amnistía Internacional.
“Las Naciones Unidas se crearon hace 70 años para garantizar que no se repetirían los horrores vividos en la
Segunda Guerra Mundial. Pero lo que ahora vemos es violencia a escala masiva y una enorme crisis de
refugiados causada por esa violencia. Se ha fracasado estrepitosamente a la hora de buscar soluciones viables
para las necesidades más apremiantes de nuestra época.”
Previsión para 2015/16
El Informe Anual de Amnistía Internacional ofrece una panorámica completa de la situación de los derechos
humanos en 160 países durante 2014. A menos que los dirigentes del mundo tomen medidas inmediatas
para hacer frente al nuevo rostro de los conflictos y aborden otras deficiencias que se identifican en el
informe, las perspectivas para los derechos humanos durante el próximo año son sombrías:
o grupos armados brutales que ejercen un control similar al de un Estado sobre cada vez más
poblaciones civiles, sometidas a ataques, persecución y discriminación;
o agravamiento de las amenazas contra la libertad de expresión y otros derechos, como las violaciones
de derechos causadas por nuevas leyes antiterroristas draconianas y por la vigilancia masiva
injustificada;
o empeoramiento de las crisis humanitarias y de refugiados, con un número cada vez mayor de
personas desplazadas a causa de los conflictos, en tanto que los gobiernos continúan cerrando
fronteras y la comunidad internacional sigue sin proporcionar auxilio ni protección.Suscita especial preocupación el aumento del poder de los grupos armados no estatales, entre ellos el grupo
autodenominado Estado Islámico.
Los grupos armados cometieron abusos en al menos 35 países en 2014, más de uno de cada cinco países
investigados por Amnistía Internacional.
“A medida que la influencia de grupos como Boko Haram, Estado Islámico y Al Shabaab traspase las
fronteras nacionales, cada vez más civiles se verán obligados a vivir bajo su control, similar al de un Estado,
sometidos a abusos, persecución y discriminación”, ha afirmado Anna Neistat, directora general de
Investigación de Amnistía Internacional.
“Los gobiernos deben dejar de fingir que la protección de civiles no está a su alcance, y ayudar a reducir el
sufrimiento de millones de personas. Los dirigentes mundiales deben asumir un cambio fundamental en su
manera de responder a las crisis en todo el mundo.”
Veto del Consejo de Seguridad de la ONU
En los casos de Siria, Irak, Gaza, Israel y Ucrania, el Consejo de Seguridad de la ONU no ha abordado las
crisis y los conflictos –ni siquiera en situaciones en las que los Estados y los grupos armados cometen
horrendos crímenes contra la población civil– debido a intereses creados o conveniencias políticas.
Amnistía Internacional pide ahora que los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad renuncien a
su derecho de veto en situaciones de genocidio y otras atrocidades masivas.
“Esto podría suponer un punto de inflexión para la comunidad internacional y los instrumentos de que
dispone para ayudar a proteger la vida de los civiles. Con la renuncia a su derecho de veto, los cinco
miembros permanentes del Consejo de Seguridad otorgarían a la ONU más posibilidades de actuar para
proteger a la población civil cuando haya vidas en situación de grave riesgo, y enviarían a los responsables de
abusos el firme mensaje de que el mundo no se quedará de brazos cruzados mientras se cometen atrocidades
masivas”, ha afirmado Salil Shetty.
Comercio de armas
El sangriento legado del ingente flujo de armas a países donde Estados y grupos armados las utilizan para
cometer graves abusos se cobró decenas de miles de vidas de civiles en 2014.
Amnistía Internacional pide a todos los Estados –incluidos Estados Unidos, China, Canadá, India, Israel y
Rusia– que ratifiquen o acepten y se adhieran al Tratado sobre el Comercio de Armas, que entró en vigor el
pasado año después de decenios de campaña de Amnistía Internacional y otras instituciones.
“En 2014 se entregaron enormes remesas de armas a Irak, Israel, Rusia, Sudán del Sur y Siria, a pesar de las
altísimas probabilidades de que estas armas fueran utilizadas contra poblaciones civiles atrapadas en los
conflictos. Cuando el Estado Islámico se hizo con el control de extensas zonas de Irak, encontró grandes
arsenales, listos para ser recogidos. El flujo irresponsable de armas a quienes cometen abusos contra los
derechos humanos debe acabar ya”, ha afirmado Anna Neistat.
Armas explosivas
Amnistía Internacional pide a los dirigentes mundiales que impongan nuevas restricciones para hacer frente
al uso de armas explosivas –como bombas lanzadas desde aeronaves, proyectiles de mortero y artillería,
cohetes y misiles balísticos– en zonas pobladas, que dieron lugar a innumerables muertes de civiles en 2014.
“La imposición de nuevas restricciones al uso de armas explosivas que no pueden dirigirse con precisión o
que tienen efectos sobre amplias zonas en áreas pobladas podría haber ayudado a salvar miles de vidas que
se perdieron en conflictos recientes, como los de Israel, Gaza y Ucrania. La comunidad internacional puede y
debe hacer más para proteger a los civiles cuyos hogares se han convertido en el campo de batalla de primera
línea de las partes beligerantes”, ha afirmado Anna Neistat. Respuestas draconianas
Amnistía Internacional insta a los gobiernos a garantizar que su respuesta a las amenazas contra la seguridad
no menoscaba derechos humanos fundamentales ni fomenta más violencia.
El Informe Anual detalla cuántos gobiernos reaccionaron a las amenazas contra la seguridad con tácticas
draconianas y represivas en 2014, como por ejemplo:
o Afganistán: reiteradas violaciones de derechos humanos cometidas por personal de la Dirección
Nacional de Seguridad, incluidas denuncias de tortura y desapariciones forzadas.
o Kenia: promulgación del proyecto de Ley sobre Leyes de Seguridad (Enmienda), una disposición legal
represiva en materia de seguridad que podría dar lugar a restricciones generalizadas de la libertad de
expresión y de circulación.
o Nigeria: comunidades ya aterrorizadas desde hacía años por Boko Haram se volvieron cada vez más
vulnerables a violaciones de derechos humanos cometidas por las fuerzas de seguridad del Estado,
que con frecuencia respondieron con homicidios extrajudiciales, detenciones arbitrarias masivas y
tortura.
o Pakistán: las autoridades levantaron la suspensión de las ejecuciones y comenzaron a ejecutar a
presos condenados por delitos relacionados con el terrorismo.
o Rusia y Asia Central: las personas acusadas de delitos relacionados con el terrorismo, o sospechosas
de pertenecer a grupos islamistas, sufrieron tortura a manos de las fuerzas de seguridad nacionales.
o Turquía: continuó el uso de legislación antiterrorista de redacción imprecisa para criminalizar el
ejercicio legítimo de la libertad de expresión.
“Desde Baga hasta Bagdad, los dirigentes gubernamentales han intentado justificar las violaciones de
derechos humanos hablando de la necesidad de que el mundo siga siendo ‘seguro’”, ha afirmado Salil Shetty.
“Observamos indicios preocupantes de que los dirigentes seguirán reprimiendo con dureza las protestas,
introduciendo leyes antiterroristas draconianas y usando técnicas de vigilancia masiva injustificada para
responder a las amenazas contra la seguridad. Pero las reacciones impulsivas no funcionan. Por el contrario,
crean un entorno de represión en el que puede ganar terreno el extremismo.”
Personas refugiadas
Una consecuencia trágica de la incapacidad de la comunidad internacional para ocuparse del nuevo rostro de
los conflictos es una de las crisis de refugiados más graves que el mundo ha conocido, mientras millones de
personas –4 millones sólo de Siria– siguen huyendo de la violencia y la persecución.
“Es abominable comprobar que los esfuerzos de los países ricos para impedir la entrada de personas
prevalecen sobre sus esfuerzos para preservar las vidas de las personas. La crisis de refugiados global se
agravará con toda probabilidad, a menos que se tomen medidas urgentes”, ha afirmado Salil Shetty.
“Los dirigentes tienen en sus manos la posibilidad de aliviar el sufrimiento de millones de personas,
asignando recursos políticos y económicos a la ayuda y protección de quienes huyen del peligro, prestando
ayuda humanitaria con generosidad y reasentando a los más vulnerables.”
Llamada a la acción
“El panorama global de la situación de los derechos humanos es sombrío, pero hay soluciones. Los dirigentes
mundiales deben tomar medidas inmediatas y enérgicas para evitar una inminente crisis global y acercarnos
un paso más a un mundo más seguro en el que los derechos y libertades estén protegidos”, ha afirmado Salil
Shetty.
Fuente: NP