Al duque Enrique de Sussex se le prohibió el uso de uniforme militar en los eventos oficiales por la muerte de su abuela –incluido el funeral–. Mientras tanto, a su tío Andrés –quien fue despojado de sus cargos militares por su amistad con el multimillonario pedófilo Jeffrey Esptein– se le permitirá hacerlo.
La muerte de la reina Isabel II no apaciguó todas las tensiones dentro de la familia real y, a pesar de que se vio a Harry (Enrique) y a Meghan Markle junto a los príncipes Guillermo y Kate Middleton, el hijo menor del ahora rey Carlos III obtuvo un trato diferente y se le prohibió el uso de uniforme militar durante los eventos oficiales. Su tío Andrés, en cambio, que fue despojado de sus cargos militares tras las denuncias de pedofilia que lo vinculan a Jeffrey Epstein, podrá hacerlo.
Harry estuvo en el frente de batalla durante dos períodos de servicio en Afganistán, pero deberá vestir de civil para los eventos oficiales, incluido el funeral de Estado de la difunta monarca.
Este detalle es significativo para Harry, quien estaba orgulloso de haber sido parte de las fuerzas armadas por una década y que lamentó que la reina lo despojara de sus funciones militares, incluida la de capitán general de los Royal Marines, luego de los escándalos vinculados a las decisiones tomadas junto a sus esposa Meghan.
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Andrés, por su parte, renunció a la vida pública después de las denuncias que lo vinculan al pedófilo difunto Jeffrey Epstein y luego pagó una importante suma de dinero para cerrar un caso que abuso sexual que lo implicaba. Pero, previo al acuerdo legal, la reina lo despojó de todos sus cargos militares honorarios, incluido el de coronel de la Guardia de Granaderos, y renunció a su título de SAR. Sin embargo, se le otorgó una excepción y usará su uniforme en la vigilia final, donde los cuatro hijos de la reina estarán de pie a los cuatro lados de su ataúd.
La dedicatoria de Harry a su abuela Isabel II
En su primera reacción pública tras la muerte de la reina, Harry afirmó estar “eternamente agradecido” a su abuela, a la que dijo “extrañar mucho”. En su dedicatoria completa expresó:
“Abuela, aunque esta despedida final nos produce una gran tristeza, estoy eternamente agradecido por todos nuestros primeros encuentros, desde mis primeros recuerdos de infancia, hasta nuestro primer encuentro como Comandante en Jefe, pasando por el primer momento en que conociste a mi querida esposa y abrazaste a tus bisnietos”.
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“Al celebrar la vida de mi abuela, Su Majestad la Reina, y al llorar su pérdida, todos recordamos la brújula que fue para tantos en su compromiso con el servicio y el deber. Fue admirada y respetada en todo el mundo. Su gracia y dignidad inquebrantables se mantuvieron fieles a lo largo de su vida y ahora su legado eterno. Hagámonos eco de las palabras que pronunció tras el fallecimiento de su marido, el príncipe Felipe, palabras que ahora pueden brindarnos consuelo a todos nosotros: ‘La vida, por supuesto, consiste en despedidas finales, así como en primeros encuentros’”, continuó.
“Nosotros también sonreímos al saber que tú y el abuelo estáis reunidos ahora, y ambos juntos en paz», concluyó.
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