El gobierno de Venezuela está intensificando sus esfuerzos para reducir la inflación antes de las elecciones presidenciales de este año, al mantener estable el tipo de cambio y sopesa la forma de gestionar el gasto sin presionar los precios al consumidor, dijeron fuentes del sector público y analistas.
Venezuela se enfrenta a lo que se supone es la salida de una larga crisis económica marcada por la escasez crónica, la caída de la moneda y la hiperinflación.
Los precios al consumidor subieron casi un 190% en 2023, una de las variaciones más altas del mundo, ya que los costos de los productos básicos siguieron aumentando y la moneda local cayó siguió cayendo frente al dólar.
El aumento de los precios se redujo al 107% en tasa interanual hasta enero.
Las subidas mensuales de precios han sido de un solo dígito durante los últimos 10 meses, ya que el Gobierno del presidente Nicolás Maduro se ha aferrado a un enfoque antiinflacionario ortodoxo que comenzó en 2021, inyectando dólares y restringiendo fuertemente el crédito y el gasto.
«Venezuela consolidará este año su victoria definitiva contra la inflación, volviendo, con la ayuda de Dios, a una inflación anual de dos dígitos», dijo Maduro durante la presentación de su Memoria y Cuenta ante la Asamblea Nacional en enero.
El ajuste monetario es la política
La inflación anual no ha estado por debajo del 100% desde 2014.
«El objetivo es reducir la inflación y mantener el tipo de cambio. Esa es la política», dijo una fuente cercana al Gobierno bajo condición de anonimato.
En lo que va de año, el tipo de cambio se ha mantenido en 36 bolívares por dólar, tras depreciarse un 38% en 2023.
Delcy Rodríguez, vicepresidenta y ministra de Finanzas, pide al Banco Central de Venezuela informes semanales de precios, dijo una fuente con conocimiento del asunto.
«Lo que se ha hecho hasta ahora debe mantenerse para no volver a escenarios complicados», dijo Francisco Torrealba, legislador afín al Gobierno, en alusión a los esfuerzos por evitar fluctuaciones bruscas en el tipo de cambio.
El BCV y el gigante petrolero estadounidense Chevron vendieron unos 4.200 millones de dólares a través de bancos locales el año pasado, según la firma analista Síntesis Financiera, una cifra que es un 17% superior en comparación con 2022.
Chevron opera en Venezuela con autorización especial de Washington, trayendo parte de sus ingresos de exportación a cambio de bolívares para poder pagar los gastos locales.
Los analistas predicen que las ventas en dólares crecerán este año.
Después de que Estados Unidos relajó las sanciones petroleras a finales del año pasado tras un acuerdo electoral con la oposición, el gobierno de Maduro predijo un aumento del 27% en los ingresos de la petrolera estatal PDVSA.
Los analistas dijeron que el gobierno probablemente usaría las ganancias para impulsar el gasto social con miras a atraer a los votantes.
La administración de Maduro ha dado un giro abrupto en el acercamiento con Washington y sus opositores internos en las últimas semanas y EE.UU. ha dicho que la reversión de las sanciones petroleras expirará en abril a menos que se permita al candidato de la oposición competir en las elecciones presidenciales de este año.
El revés afectará a la capacidad de gasto del gobierno, planteando el dilema de cómo atraer a los votantes sin avivar la inflación.
«Dentro del gobierno lo principal es la inflación, pero necesita crear una sensación de bienestar para las elecciones», lo que requiere gasto, dijo una fuente cercana a la administración cuando se le preguntó por posibles aumentos salariales en el sector público.
Los empleados públicos ganan un promedio de 40 dólares al mes y no han recibido aumentos desde 2022, después de haberlos recibido a veces hasta tres veces al año.
El gobierno de Maduro, en cambio, ha repartido bonos.
«El gobierno mantendrá la estrategia de los bonos y podría dar un aumento en mayo, aunque no será muy grande», pronosticó Asdrúbal Oliveros, economista y director de la consultora Ecoanalítica. «Las elecciones determinarán el gasto».
Aparte de los bonos, el gobierno podría distribuir más canastas alimentarias porque son menos costosas que los aumentos y no impactan tanto en los precios, dijo Tamara Herrera, directora de Síntesis Financiera.
«Si la elección es competitiva habrá más gasto, pero si no es competitiva, el gasto se restringirá y el dinero se usará para las elecciones (regionales y legislativas) de 2025», dijo Luis Vicente León, de la firma analista Datanálisis.
CNN