El presidente chileno aseguró que no impulsará un nuevo proceso constituyente, porque «las urgencias son otras», como aumento de las pensiones, la aprobación de un nuevo pacto fiscal y el retorno a la senda del crecimiento económico
«La política ha quedado en deuda con el pueblo de Chile», reconoció este domingo el presidente chileno, Gabriel Boric, al admitir que fue incapaz de redactar una propuesta constitucional de consenso, al tiempo que pidió a las fuerzas políticas «respetarnos y volver a encontrarnos».
«El país se polarizó, se dividió y, al margen de este contundente resultado, el proceso constituyente no logró canalizar las esperanzas de tener una nueva Constitución redactada por todos», indicó el dignatario, quien confirmó en cadena nacional de radio y televisión que no impulsará un nuevo proceso constituyente, porque «las urgencias son otras».
Entre ellas, el mandatario citó el aumento de las pensiones, la aprobación de un nuevo pacto fiscal y el retorno a la senda del crecimiento económico, tras un 2023 en el que la economía chilena mostró un crecimiento nulo.
«Lo que hoy demanda la ciudadanía es mayor capacidad de diálogo, consenso, abandonar las trincheras y las posiciones parciales para concentrarnos en dar solucion a los problemas más apremiantes», subrayó.
Con casi el 100 % de los votos escrutados, el 55,76 % de los electores rechazaron un texto con sello conservador, elaborado por el Consejo Constitucional -donde la derecha y la ultraderecha tenían mayoría-, frente al 44,24 % que optó por aprobarlo.
La opción de rechazar la propuesta constitucional se impuso en la mayoría de las dieciséis regiones del país, especialmente en la capital, Valparaíso (centro) y las norteñas Atacama y Antofagasta.
Este segundo intento por tener una carta magna que sustituya a la promulgada en 1980, en plena dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), arrancó en septiembre de 2022, cuando una contundente mayoría rechazó en otro plebiscito un proyecto escrito por la Convención Constituyente, de mayoría izquierdista, que proponía un profundo cambio en el modelo institucional del país.
El resultado de este domingo supone un varapalo para el Partido Republicano (derecha), que tuvo un peso fundamental en la redacción del nuevo texto y aspiraba a convertirse en la fuerza hegemónica de la derecha.
«El resultado de este plebiscito, más que una celebración, es un fuerte llamado de atención. Si quien obtiene la mayoría circunstancial intenta negar la existencia del otro, jamás avanzaremos en materias que no pueden seguir esperando», advirtió el presidente Boric.
«La patria no se reinventa de un día para otro, debemos respetarnos y volver a encontrarnos como chilenos», indicó el Jefe de Estado, quien no se ha involucrado directamente en esta elección, a diferencia de lo que hizo en el plebiscito del año pasado.
«Ni celebración ni arrogancia; pelota al piso, humildad y trabajo, mucho trabajo», añadió en una declaración institucional con un alto grado de autocrítica.