Un informe de la Policía divulgado hoy refuerza las sospechas que existen en torno a la propiedad de una finca que pudiera ser del expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, quien niega a rajatabla que sea el verdadero dueño.
Según ese informe, la Policía dice haber comprobado que costosas reformas hechas en esa finca, situada en la localidad paulistana de Atibaia, fueron “dirigidas” por Lula y su esposa Marisa Leticia, y estuvieron a cargo de constructoras implicadas en los escándalos de corrupción en la estatal Petrobras.
La residencia figura a nombre de dos empresarios muy allegados a Lula, pero las autoridades sospechan que el verdadero propietario es el expresidente, quien por ese motivo es investigado por ocultación de patrimonio, entre otros supuestos delitos.
Entre las reformas que se hicieron en la finca, figura la compra y equipamiento de una cocina que es muy similar a otra instalada en un apartamento de playa situado en el litoral de Sao Paulo que, de la misma forma, se sospecha que pudiera ser de Lula pese a que no aparece como propietario.
Tanto Lula como sus abogados han negado una y otra vez que él fuera dueño de esos inmuebles, aunque han admitido que, en el caso de la finca, tanto el expresidente como su familia solían frecuentarla invitados por los verdaderos propietarios.
El proceso comenzó a mediados de 2015 y está en manos de la Justicia, que en marzo pasado llegó a ordenar allanamientos en la residencia particular de Lula y algunos familiares e incluso dispuso que la Policía trasladase al expresidente a una comisaría para tomarle declaración.
EFE/OM