El tricolor patrio fue el símbolo común bajo un sol de 28 grados que encendió las brasas de la impotencia de quienes desde allí escucharon las voces de dirigentes políticos de la oposición, víctimas y familiares de quienes han sufrido represión en las últimas semanas, para corear algo que ya es claro: «no nos van a callar».
De los cuatro puntos cardinales, de la capital, de las calles más remotas de una Caracas estresada, miles de venezolanos marcharon y se concentraron a la altura de la Avenida Francisco de Miranda para reclamar y exigir la liberación de los presos políticos y el fin de la represión del Gobierno Nacional.
El tricolor patrio fue el símbolo común bajo un sol de 28 grados que encendió las brasas de la impotencia de quienes desde allí escucharon las voces de dirigentes políticos de la oposición, víctimas y familiares de quienes han sufrido represión en las últimas semanas, para corear algo que ya es claro: «no nos van a callar».
Con caretas de imágenes del dirigente nacional de Voluntad Popular, Leopoldo López, recluido desde hace un mes en la cárcel de Ramo Verde, así como de otros presos políticos de los últimos años, la pancarta que más se repetía era contundente: «¡Por la libertad! ¡Dale un parao a la dictadura!».
Universitarios de las distintas casas de estudio de la ciudad estuvieron presentes para exigir al gobierno del presidente Nicolás Maduro que suspenda las investigaciones penales que se siguen a más de 1.500 jóvenes en todo el país que según ellos fueron detenidos solo por protestar.
El testimonio más desgarrador que se escuchó sobre la tarima fue el de la madre del joven Bassil Da Costa (23), quien falleciera de un balazo el 12 de febrero de 2014 en pleno inicio de las protestas estudiantiles contra el Gobierno.
«Mi hijo es el hijo de todos, es el hermano de toda Venezuela», dijo solloza la madre del joven para quien Bassil es ahora un reflejo del dolor que golpea a muchas familias en el país por culpa de la violencia.
«Soy una mujer humilde, crié a mi hijo con la más profunda humildad para que viviera en libertad, y ahora me quitaron a mi hijo, mi hijo ahora es Venezuela», recordó la madre del joven, lo que despertó una ola de aplausos en la concentración.
El coordinador político de Voluntad Popular, Carlos Vecchio, advirtió que quienes están gobernando el país en este momento «está defendiendo son sus derechos, los derechos de su grupito»
«Esta lucha no es del pueblo contra el pueblo, es una lucha contra una cúpula que está en el gobierno», dijo el político.
Para Vecchio, sobre quien pesa una orden de detención, «Venezuela tendrá un nuevo momento de libertad como lo recoge nuestra acta de independencia… porque este es un pueblo que sabe luchar por ser libre».
Otro de los oradores fue el diputado a la Asamblea Nacional (AD) Edgar Zambrano, que hizo un llamado para que «Iván Simonovis no sea el próximo trofeo de este régimen».
Ante la audiencia, el alcalde metropolitano, Antonio Ledezma, lamentó que «la cuchilla del gobierno» amenace a los alcaldes, como ha ocurrido con las detenciones de Daniel Ceballos, de Táchira, y Enzo Scarano, de San Diego, esta semana
«Maduro quiere convertir a Venezuela en una gran cárcel», advirtió Ledezma, quien aclaró que «si tenemos que ir a la OEA, a la ONU, al polo norte, al polo sur, a la luna, iremos para escuchar el grito de Venezuela».
Casi como un grito de auxilio, el diputado Andrés Velásquez sostuvo que la única forma de enfrentar la actual situación del país es con unidad. «Este momento exige perseverancia, fortaleza, firmeza y es imprescindible la unidad».
«Es importante tener claro… que no se crea ningún dirigente político o social que las dictaduras se enfrentan dividido», expresó.
Antes de culminar la concentración Lilian Tintori, esposa de Leopoldo López, leyó una carta que el dirigente mandó al presidente Nicolás Maduro y que fue repartida entre el público, en la que le exigía que renunciara a Miraflores.
«Te invito a que pienses como salvarías a Venezuela si tú renuncias», escribió López.
«Si tu renuncias podríamos tener un país libre sin influencia extranjera», agregó el político ahora preso en la cárcel de Ramo Verde, para quien ahora los venezolanos «no te tenemos miedo a ti, ni a tus tanques ni a tu justicia injusta».
El esperado discurso del líder opositor y gobernador del estado Mirando, Henrique Capriles, quien estuvo en la tarima durante buen tiempo, no se dio al final «por razones personales», informaron a todos los asistentes. Un «buu» veloz corrió entre la multitud para cerrar una tarde más de protesta en la ciudad capital.
Fuente: EU
Video: Cortesía Adrian Egea
