La OPEP arremetió el 14 de septiembre contra la Agencia Internacional de la Energía (AIE) por decir que la demanda mundial de combustibles fósiles comenzará a declinar antes de 2030, y, tras rechazar que eso sea cierto, acusó a la agencia con sede en París de una «narrativa» que puede hacer «fracasar estrepitosamente» el mercado global energético.
En un comunicado, la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) alude explícitamente a un artículo de opinión del director ejecutivo de la Agencia Internacional de la Energía (AIE), Fatih Birol, publicado el pasado martes en el británico «Financial Times».
En él, Birol avanza que el informe anual de la AIE, que se publicará el próximo mes, mostrará que «el mundo está en el umbral de un punto de inflexión histórico», un escenario que llegaría»antes de lo que mucha gente anticipaba».
«Esta es la primera vez que el pico de demanda está a la vista para cada tipo de combustible (fósil) durante esta década», recalcó.
«Las previsiones coherentes y basadas en datos no respaldan esta afirmación», sostiene por el contrario la OPEP.
«Descartar los combustibles fósiles, o sugerir que están al principio de su fin, es una narrativa extremadamente arriesgada», añade la OPEP, organización con sede en Viena que se fundó hace justo 63 años, el 14 de septiembre de 1960 en Bagdad.
«Lo que hace que estas predicciones sean tan peligrosas, es que a menudo van acompañadas de llamamientos a dejar de invertir en nuevos proyectos de petróleo y gas», según el grupo de 13 petro-estados, que lleva tiempo expresando su preocupación por que las medidas para luchar contra el cambio climático desincentiven las inversiones en la industria petrolífera.
«Tales narrativas sólo preparan el sistema energético mundial para fracasar estrepitosamente. Provocarían un caos energético sin precedentes, con consecuencias nefastas para las economías y miles de millones de personas en todo el mundo», afirma en la nota el secretario general de la organización, el kuwaití Haitham Al Ghais.
La OPEP critica una supuesta «ideología» de la agencia que defiende los intereses energéticos de las naciones industrializadas desde 1974, cuando fue fundada en reacción al embargo petrolero que impusieron los países del Golfo Pérsico a Occidente en 1973.
En su comunicado, le atribuye «una forma de pensar sobre los combustibles fósiles» que se basa más en la ideología que en los hechos».
«Tampoco tiene en cuenta (la AIE) los avances tecnológicos que la industria sigue realizando para reducir las emisiones», ni «reconoce que los combustibles fósiles siguen representando más del 80 % de la canasta energética mundial, igual que hace 30 años, ni que la seguridad energética que proporcionan es vital».
«Consciente del reto al que se enfrenta el mundo para eliminar la pobreza energética, satisfacer la creciente demanda de energía y garantizar una energía asequible al tiempo que se reducen las emisiones, la OPEP no descarta ninguna fuente de energía o tecnología, y cree que todas las partes interesadas deberían hacer lo mismo», afirma Al Ghais.
El Nacional