Milicianos hutíes se dirigen al frente para luchar contra las tropas gubernamentales en Saná, Yemen. REUTERS
Tres agencias de la ONU alertan de las consecuencias del bloqueo en lo que califican como «la peor crisis humanitaria del planeta»
Más de 20 millones de personas, incluidos alrededor de 11 millones de niños, necesitan asistencia humanitaria urgente
Los rebeldes yemeníes lanzan un misil contra Riad
Un millón de niños podría contagiarse de difteria. Unos 150.000 menores desnutridos podrían morir. El hambre seguiría sumando millones de bocas. Son algunas de las catastróficas consecuencias que tres agencias de la ONU pronostican para Yemen si la coalición árabe liderada por Arabia Saudí no levanta por completo el bloqueo por mar, tierra y aire que mantiene sobre el país más pobre del golfo Pérsico.
«Juntos lanzamos otro llamamiento urgente a la coalición para que permita la entrada de suministros de primera necesidad en respuesta a la que es ya la peor crisis humanitaria del planeta. Estos suministros, que incluyen medicinas, vacunas y comida, son esenciales para evitar las enfermedades y la hambruna. Sin ellos, miles de víctimas inocentes, entre ellos muchos niños, morirán», suplica el comunicado firmado por Unicef, el Programa Mundial de Alimentos y la Organización Mundial de la Salud.
Riad cerró la semana pasada todas las vías de acceso al país después de que un misil lanzado por el grupo rebelde chií de los hutíes fuera interceptado en los alrededores del aeropuerto de la capital saudí. A principios de esta semana, el régimen saudí anunció la reapertura gradual de algunos puertos y aeropuertos en las zonas controladas por las tropas del presidente yemení en el exilio Abdo Rabu Mansur Hadi como las ciudades de Aden, Mukalla y Mocha pero se negó a aceptar el regreso de las operaciones al puerto de Hodeida, en manos hutíes y clave para la distribución de la ayuda humanitaria.
La diplomacia saudí condicionó cualquier actividad en Hodeida a nuevas conversaciones con la ONU y la verificación por parte de inspectores del organismo de que el puerto no es usado para el tráfico de armas entre los hutíes e Irán. La declaración de los directores de las tres agencias de la ONU exige «la apertura sin demora de todos los puertos del país, incluidos aquellos controlados por la oposición». «Es la única manera de que el transporte de la ONU pueda entregar el cargamento de primera necesidad que la población necesita para sobrevivir».
«Los vuelos del servicio aéreo humanitario de la ONU desde y hacia Yemen deben obtener permiso inmediato para reanudar sus operaciones. El personal de la ONU que se halla en Yemen no ha podido moverse ni siquiera en caso de requerir atención médica urgente», denuncia el comunicado que acusa a la coalición que ha bombardeado el país desde marzo de 2015 de «poner en riesgo la vida de millones de niños y familias vulnerables».
El cólera arrasa, la difteria amenaza
Su grito se produce dos días después de que los hutíes informaran de que un ataque aéreo había dejado fuera de servicio el aeropuerto internacional de Saná, que hasta el bloqueo total había recibido parte de la ayuda humanitaria enviada por la ONU y las contadas organizaciones humanitarias que trabajan sobre el terreno. Según las autoridades de aviación civil yemeníes, el plomo destruyó el sistema de radionavegación aérea.
La ONU vaticina una catástrofe si el embargo se perpetúa. «Incluso con el levantamiento parcial, el Programa Mundial de Alimentos calcula que 3,2 millones de personas se verán abocadas al hambre. Si no reciben tratamiento, 150.000 niños malnutridos podrían fallecer en los próximos meses», recuerda el organismo. Más de 20 millones de almas, incluidos alrededor de 11 millones de niños, necesitan asistencia humanitaria urgente. Y 14,8 millones no cuentan con asistencia médica básica en un país donde el cólera registra ya más de 900.000 casos de contagio.
Los firmantes del comunicado alertan, además, de una espiral que amenaza con deteriorar rápidamente la situación. «Sin combustible, la cadena de frío de las vacunas, el abastecimiento de agua y el tratamiento de aguas residuales dejarán de funcionar. Sin agua ni agua potable, la amenaza de la hambruna crecerá a diario».
El bloqueo ya se deja sentir en suelo yemení, convertido en el escenario de la batalla que libran Arabia Saudí e Irán por la hegemonía regional. La difteria suma 120 casos y se ha cobrado 14 vidas, la mayoría de menores de edad, en las últimas semanas. «Al menos un millón de niños están en riesgo de contraer la enfermedad», reconoce la organización mientras Riad rechaza el acceso de las vacunas. «El coste del bloqueo se medirá en el número de vidas que se pierden», subraya la ONU. «Tenemos la comida, las medicinas y los productos para salvar a cientos de miles de niños pero nos falta el acceso que nos niegan», concluye la nota.
FRANCISCO CARRIÓN