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La obsesión sexual, cuando ‘su pasión’ te da miedo

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La obsesión sexual, cuando ‘su pasión’ te da miedo

Dicen que el amor en exceso también puede ser peligroso. ¿Qué pasa cuando existe una obsesión por el sexo tan, pero tan grande que hasta da miedo? ¿Te ha pasado que de repente tu pareja pierde el control y se convierte en un acosador(a)?

 

 

¿Dónde estás? ¿Por qué llagas tan tarde? ¿Qué estás haciendo? Estas preguntas suenan clásicas en una relación de celos, pero más allá de la mente, también enferma, del celotípico, existe un deseo de posesión que puede estar marcado por una relación de ambivalencia que va del amor al odio, de la obsesión sexual a la violencia, del amor romántico al enfermizo.

 

Personalidad limpitrofe o al límite

 

Un ejemplo de este tipo de relación se encuentra en la película Atracción Fatal con Michael Douglas, donde claramente la protagonista femenina, Glenn Close, presenta una transformación de personalidad conocida como limítrofe.

 

Las personas con personalidad limítrofe o fronterizo, se caracteriza por inestabilidad emocional, pensamiento extremadamente polarizado y relaciones interpersonales caóticas. Es decir, pueden tener acciones impulsivas, patrones prolongados de emociones turbulentas o inestables.

 

Humillación a la persona que «aman»

 

Otra característica es que son proclives a atracciones obsesivas, pero con ataques y humillación al otro. Por un lado de prodigan amor y por el otro lanza insultos, críticas destructivas, reproches y hasta amenazas de muerte.

 

Si la personalidad limítrofe desarrolla obsesión al sexo, tendrá una fijación compulsiva a las actividades eróticas. Estará atrapada en pensamientos y fantasías relacionadas al sexo y buscará a toda costa realizar cosas que la estimulen. El sexo será prioridad, por sobre amigos, trabajo economía e incluso integridad física.

 

Obsesión que paraliza la vida del enfermo

 

Los hombres y mujeres con obsesión sexual tienen un desgaste emocional tan grande que no pueden llevar a cabo sus actividades de forma normal. Están permanentemente ocupados en su obsesión, su inseguridad no los deja vivir tranquilos.

 

Los obsesivos sexuales pueden ser un peligro para los demás cuando pasan a ser patológicos con personalidad limítrofe, o lo que es lo mismo, cuando su personalidad está totalmente fuera de control. En este caso requieren ayuda de un profesional de inmediato.

 

La práctica sexual, mientras sea consensuada, aceptada y no produzca malestar en ninguna de las partes involucradas, no implica ningún problema mental. El sexo es un placer, ¡no te compliques!

 

Fuente: http://www2.esmas.com

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