No existe persona que no llore alguna vez, no importa qué tan fuerte sea o incluso dónde se encuentre, aunque para quienes están en el espacio exterior, la cosa se les complica un poco.
Los astronautas si lloran, pero sus lágrimas no corren sobre su rostro como las de una persona normal, ello debido a la falta de gravedad. Chris Hadfield, Comandante de la Estación Espacial Internacional, demostró cómo se llora a cientos de kilómetros de la Tierra.
No importa si están tristes, alegres o frustrados, llorar para los astronautas es toda una aventura, ya que sus lágrimas, en vez de deslizarse por sobre el rostro, se quedan bajo el ojo, armando una especie de burbuja líquida.
Como se ve en el video grabado por Chris Hadfield, un astronauta experimentado y que suele hacer demostraciones sobre la vida en el espacio, llorar fuera del planeta Tierra es, por no decir otra cosa, interesante.
La burbuja de líquido crece y crece, aunque debemos considerar que Hadfield no lloró realmente, sino que puso gotas de agua sobre sus ojos. Las lágrimas reales, nunca alcanzan tal volumen.
Tal como nosotros nos secamos las lágrimas con un pañuelo, los astronautas deben utilizar una toalla para deshacerse del agua acumulada bajo sus ojos, así que seguramente hacen todo lo posible por no llorar.
En el espacio y dentro de la Estación Espacial Internacional, hay un ambiente de micro gravedad, que impide que las cosas caigan. En la Tierra, la fuerza de gravedad atrae a los objetos, lo que no ocurre fuera de la atmósfera terrestre.
En ambientes con micro gravedad, la fuerza de gravedad es mucho, pero mucho menor que en la Tierra, aunque no llega a ser cero, pero la cifra se le acerca bastante. Por ello, los astronautas deben ingeniárselas para realizar las diferentes tareas diarias, desde comer hasta ir al baño, nada fácil cuando las cosas tienden a elevarse en vez de bajar.
En el caso de las lágrimas, estas podrían llegar a acumularse hasta cubrir la zona inferior de ambos ojos y el puente de la nariz, por lo que los astronautas deben pensárselo dos veces antes de ver una película triste.
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