La pregunta es buena, porque en nuestros “primos” evolutivos, los primates, mostrar los dientes significa amenaza. Se cree que ellos lo hacían –y sigue siendo así en los simios y en muchos otros animales– para dejar ver los colmillos y advertir de su poderío. Pero cuando, hace unos 5 o 7 millones de años, comenzó a evolucionar el ser humano, esos colmillos vieron reducido su tamaño y la amenaza dejó de ser tal.
En cambio, comenzó a surgir el lenguaje oral, y algunos investigadores creen que, al comunicarse entre homínidos, la vista comenzó a centrarse en la boca. En ese momento se cree que la sonrisa pudo ser un signo de amistad y no beligerancia. Y ese gesto implicaba abrir bien la boca mostrando los dientes.
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