Los vientos se originan como consecuencia de las diferencias de presión atmosféricas, estas diferencias se producen por las distintas temperaturas del aire. El aire frío tiende a desplazarse hacia abajo mientras que el aire caliente se desplaza hacia arriba. Estas zonas pueden abarcar cientos de miles de kilómetros cuadrados y son conocidas como áreas ciclónicas y anticiclónicas respectivamente.
Entonces cuando una masa de aire se calienta se eleva el aire más frío pasa a ocupar su lugar. Esto provoca el movimiento de aire al que llamamos viento, que son los desplazamientos de masas de aire superficial en la zona de la atmósfera que se conoce como la troposfera.
El viento es producido por causas naturales y existen algunos vientos que son bien conocidos y participan del ciclo natural que regula la atmósfera. Las principales causas de la circulación de aire atmosférico son el calentamiento de la superficie terrestre, originando centros de alta presión (anticiclones) y de baja presión (ciclones).
Pero también se producen vientos de manera más global según la latitud, por ejemplo entre el ecuador y los polos hay mucha diferencia de temperaturas, y esto provoca un movimiento de aire muy grande que se caracteriza por producir vientos estacionales, monzones o tormentas que todos los años, más o menos para la misma fecha soplan sobre ciertos países.
Otros factores que influyen en el viento se dan por ejemplo en zonas costeras, donde la brisa marina y los ciclos de las mareas pueden alterar los vientos locales. En zonas montañosas o con un relieve variado, las montañas y las brisas del valle influyen en los vientos. También influye la rotación del planeta que hace que el aire se mueva en un fenómeno llamado efecto de Coriolis.
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