Elaborar un plan para que algún día los astronautas desciendan en Marte supone un problema complejo y los científicos de la NASA creen que algo tan sencillo como el diseño de un juguete de niños podría contribuir a la solución del problema.
El descenso sin peligro de una nave espacial de gran tamaño en el planeta rojo es sólo uno de los muchos desafíos de ingeniería que enfrenta la agencia dentro de su ambicioso objetivo de enviar humanos hacia las profundidades del espacio en algún momento de este siglo.
En el Centro de Investigación Langley de la NASA en Hampton, los ingenieros trabajan en el desarrollo de un escudo inflable que proteja a la nave del calor. Este escudo se parece a una versión enorme de un juguete infantil formado por varios anillos de distinto tamaño que se apilan unos sobre otros.
Los ingenieros creen que este escudo térmico ligero e inflable podría desplegarse para reducir la velocidad de ingreso de la nave en la atmósfera marciana, que es mucho menos densa que la de la Tierra.
Este escudo térmico inflable podría contribuir al envío de una nave espacial a las altas llanuras en el sur en Marte y a otras zonas que de otra manera serían inaccesibles con la tecnología actual.
Los expertos advierten que el uso de cohetes sería insuficiente para el descenso de una nave de gran tamaño en Marte a diferencia de lo que podría hacerse en la Luna, la cual carece de atmósfera.
Los paracaídas tampoco funcionarían con la nave de gran tamaño que se necesitaría para el envío de humanos a ese planeta, agregaron.
Sin embargo, la solución podría ser el sistema de anillos inflables, llenos de nitrógeno y recubiertos con un material resistente a muy altas temperaturas. Una vez extendidos para el descenso, los anillos quedarían arriba de la nave y en conjunto parecerían un hongo gigante.
«Intentamos no utilizar propulsión si nos es posible», dijo Neil Cheatwood, ingeniero de alto rango en Langley para sistemas avanzados de ingreso, descenso y aterrizaje.
«Aprovecharíamos al máximo la atmósfera (marciana), porque nos ahorraríamos el peso de todo ese combustible (en el descenso)», agregó.
Los directivos de la NASA reconocen que llevar a humanos a Marte y traerlos sanos y salvos en la fecha más próxima, en la década de 2030, supone desafíos extremos.
Los científicos de la agencia admiten que también deben diseñar nuevos sistemas de propulsión para las naves en el espacio, trajes avanzados, hábitats de largo plazo para vivir en la nave, e incluso sistemas de comunicación para el espacio profundo.
Fuente: Informador