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La muerte del Koki

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La muerte del Koki


 

El ministro de Interior y Justicia de Nicolás Maduro, Remigio Ceballos, confirmó la noticia a través de sus redes sociales: los cuerpos de seguridad mataron a Carlos Luis Revete, alias el Koki, uno de los delincuentes más buscados del país, después de casi tres días de un intenso operativo en la población de Las Tejerías, estado Aragua.

 

 

De este delincuente se ha dicho de todo. Incluso el propio Maduro llegó a afirmar el año pasado que estaba siendo protegido por el presidente de Colombia, Iván Duque, porque permanecía escondido en el país vecino. Nadie sabía a ciencia cierta su paradero desde los terribles enfrentamientos en la Cota 905 en julio de 2021.

 

 

Sin embargo, el Koki era prácticamente obra del gobierno chavista, pues su poder de acción se fue ampliando como consecuencia de aquella política de Zonas de Paz, que hizo que extensas barriadas de la capital del país fueran una área prohibida para los cuerpos de seguridad oficiales. Así, Revete, como lugarteniente de Jesús Alberto Ramos, alias el Chavo, contribuyó para que las pequeñas bandas que operaban en Caracas se unieran en una megabanda. Cuando en 2015 el Cicpc mató al jefe, el mando pasó a manos del Koki. Las barriadas sin policías siguieron operando y los integrantes de estos grupos siguieron creciendo sin control.

 

 

Estaba acusado de robo, homicidio y narcotráfico, y como ningún otro delincuente, le encantaba usar las redes sociales, en las que frecuentemente se le veía en fiestas con sus compinches. Y fue por eso que cayó, porque el domingo consiguieron un teléfono que supuestamente le pertenecía. No es que lo estuvieran buscando, sino que en medio de la refriega con la banda del Conejo en el sector La Arenera este fin de semana, apareció esta evidencia que apuntaba a que el Koki estaba muy campante en Venezuela.

 

 

Es curioso, pero lo que pudiera ser una excelente noticia pone a dudar a más de uno. Muchos se preguntan por qué, después de protegerlo y dejarlo hacer a su antojo, ahora lo matan. Las autoridades insisten en que siguen buscando a sus cómplices, y ojalá así sea, pues el que viola las leyes debe ser objeto de sanciones, y estas megabandas han hecho mucho daño a gente inocente.

 

 

Sin embargo, cabe la reflexión. Igual, ¿qué sucedió con las famosas Operaciones de Liberación del Pueblo? ¿Lo legal no sería apresarlos y someterlos a juicio para que cumplan la pena correspondiente por sus delitos? Matarlo debería ser la última de las acciones, si hablamos de derechos humanos, pero en este gobierno chavista poco se sabe de eso.

 

 

Al final, lo que realmente espera el ciudadano es que una acción de este tipo traiga beneficios para su seguridad y para poder vivir en paz, no que sencillamente sea para que otro “lugarteniente” tome las riendas de la megabanda y sigan asesinando, robando y traficando droga al amparo de unos cuerpos de seguridad que no se sabe para quién trabajan.

 

 

Editorial de El Nacional

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