La muerte del presidente Hugo Chávez ha dado rienda suelta a los temores de que Cuba se hundirá en otro abismo económico si Caracas deja de enviarle subsidios, que se estima están muy por encima de la gigantesca ayuda que la Unión Soviética le brindaba anteriormente a La Habana.
“El impacto será que la crisis que existe se convertirá en un caos, porque el gobierno cubano no tiene otra fuente de financiamiento”, dijo Miriam Leiva, disidente de La Habana y ex diplomática cubana.
Cuba recibe ahora dos tercios de su consumo doméstico de petróleo de manos de Caracas – alrededor de 96,000 barriles por día — y paga parte de la factura con el trabajo en Venezuela, extremadamente sobrevalorado, de 35,000 cubanos, entre personal médico, maestros y otros.
El resto de la factura es anotada como deuda, principalmente al monopolio petrolero venezolano Pdvsa, que en estos momentos pasa de los $8,000 millones, dijo Jorge Piñón, experto petrolero nacido en Cuba y ahora con la Universidad de Texas en Austin.
“Si Cuba tuviera que pagar entre $96 y $98 por barril, eso significaría un gigantesco impacto negativo en su caja de flujo”, dijo Piñón.
Un informe de julio de Economist Intelligence Unit (Unidad de Inteligencia Economista), radicada en Londres, señaló que el cese de envíos de petróleo podría “sumir el equilibrio de importaciones y exportaciones de la isla en números rojos y conducir a la imposición de restricciones en el consumo de energía fuera de industrias clave”.
Venezuela es ahora con mucho el socio comercial más importante de la isla, y su comercio bilateral se calculó oficialmente en $6,000 millones en el 2010 — más del comercio total de Cuba con los siguientes cinco países — y probablemente una de sus principales fuentes de divisas fuertes.
Carmelo Mesa-Lago, economista y profesor emérito de la Universidad de Pittsburgh, ha estimado que Venezuela representó de hecho más del 20 por ciento de la actividad económica en general del país en el 2010.
Funcionarios cubanos no han comentado sobre un futuro postChávez, pero destacaron su importancia para la isla cuando interrumpieron la programación televisiva el 8 de diciembre para anunciar que el presidente venezolano regresaría a La Habana para otra operación en su batalla contra el cáncer.
Algunos analistas alegan que un recorte de la ayuda venezolana podría acabar siendo beneficioso para Cuba a largo plazo al forzar al gobernante Raúl Castro a ampliar y acelerar drásticamente las reformas hacia una economía de mercado que él ha estado tratando de implementar desde el 2007.
Hasta el momento, las reformas de Castro han hecho poco para resolver los enormes problemas de la economía, desde su baja productividad industrial y salarios a un estancamiento de su sector rural que obligó a La Habana a importar $1,600 millones de productos agrícolas en el 2011.
“Se impone una apertura verdaderamente profunda mediante la cual los cubanos puedan importar y exportar, los profesionales producir, y los ciudadanos emprendedores convertirse en el motor de la economía”, escribió Emilio Morales, presidente de Havana Consulting Group en Miami.
Fuente: Nuevo Herald