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La mirada cercana de la cantante venezolana Mariana Vega

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La mirada cercana de la cantante venezolana Mariana Vega

Foto: El Nuevo Herald / José A. Iglesias

 

 

La fotografía en la portada del disco Mi burbuja de Mariana Vega la muestra con un gesto pícaro, goofy. Mirando hacia arriba, como si estuviera a punto de lanzar una broma o de dejarse llevar por el chiste que venga de su interlocutor, la cantautora venezolana, que el año pasado ganó el Grammy Latino a Mejor Artista Nuevo, parece anunciar que todo lo que le traiga la carrera lo pasará por el filtro del humor.

 

 

¿Eres en efecto bromista, como te imaginamos a partir de esa foto?

“Siempre se me ha hecho más fácil decir qué no soy, que describirme”, dice Vega, que ha llegado con puntualidad inglesa una mañana de lunes a esta entrevista en la redacción de el Nuevo Herald. “Uno va cambiando y creciendo como mujer y cada vez te atreves más. Me gusta bromear, no tomarme muy en serio, y que la gente que se acerca conozca mi sentido del humor, mi sarcasmo. También me gusta ayudar a la gente, escuchar sus problemas y ponerlos en canciones, para que se sientan más acompañados”.

Cuentan sus allegados que Vega tiene además una cualidad fundamental para un artista: es muy observadora. “Toda persona que es introspectiva pasa por tímida, pero realmente está observándolo todo. Por eso, me gusta entrar a un salón y escuchar a las personas, saber de qué hablan y conocerlas un poco. Eso me ayuda a entenderlas y ponerme en sus zapatos, y así escribir canciones. Porque no todas las canciones pueden ser autobiográficas; no he vivido tanto, entonces, lo que he vivido a través de esas personas lo tomo prestado para las canciones”, comenta Vega, que lleva un sombrero negro de alas anchas y el pelo muy largo, un look que recuerda a una de esas cantautoras que la inspiraron a comenzar a componer cuando era una adolescente en Canadá.

 

Vega creció en Caracas escuchando a su mamá cantar canciones tradicionales venezolanas y a su papá tocar el cuatro. Hasta que a los 15 años su familia se mudó a Canadá y los temas pop que le había escuchado a Franco de Vita y a Soraya, se mezclaron con las voces de Alanis Morissette, Sarah McLachlan y Nelly Furtado.

 

 

La composición fue una terapia. “Empecé a describir mis despechos y mis tristezas. Ponerlos en un papel me ayudó a desahogarme”, apunta Vega, que comenzó a participar en festivales multiculturales en Canadá, y al ver la recepción de su música, incluso en personas que no hablaban español, la llevó a considerar como una opción seria la carrera musical, para la que se había preparado desde niña asistiendo en Caracas a una escuela musical, donde aprendió teoría y solfeo, y a tocar flauta y piano.

 

 

De regreso de una gira por Latinoamérica y dispuesta a seguir camino a Houston y a Nueva York, Vega hará un alto en Miami para ofrecer un concierto este viernes 10 en el Flamingo Theater. “Es la primera vez que me voy a presentar aquí con mi show completo”, comenta Vega, que a finales de marzo estuvo entre los artistas que cantaron en el megaconcierto por el centenario de Miami Beach.

 

 

“Voy a cantar canciones de los discos anteriores y algunos covers de una artista como Laura Pausini, a la que admiro mucho”, dice, anticipando que disfrutará contarle al público cómo nació cada una de sus canciones.

 

 

Vega, que reside a medio tiempo en Miami, porque también tiene casa en México, está casada desde hace seis años. “Mi esposo ha sido un gran apoyo en esta carrera de tantos sacrificios que te alejan de tu familia”, asegura la artista, que a principios de mayo estará en México para cantar en las celebraciones de Amnistía Internacional, que ha establecido en ese país una sede para contribuir al avance de los derechos humanos en Latinoamérica.

 

Vega también contribuyó como artista a la campaña One Billion Rising, orientada a dar a apoyo a las mujeres para que no toleren el abuso. “Es una estadística que no conocemos: una de cada tres mujeres va a sufrir un ataque físico, va a ser maltratada, y eso significa que mil millones de mujeres están en riesgo. Esa organización me ha pedido su ayuda y ha sido un privilegio ayudar”, afirma Vega que también se refiere a la situación de los derechos humanos en su país.

 

 

“Nací en Caracas, y aunque me fui a los 15 años, allí es donde siento que pertenezco. El país tiene muchos conflictos y hace falta mucha tolerancia”, apunta, indicando que para nadie es un secreto que la economía es un “desastre”. “Para los artistas es difícil porque no quieres dividir a tu público, pero siento que tengo la responsabilidad de decir que en mi país debe haber un cambio. Ojalá que la libertad llegue pronto”.

 

 

El plan inmediato de Vega es entrar al estudio a finales de abril para grabar su próximo disco, a cargo del productor colombiano Julio Reyes. •

 

 

Fuente: El Nuevo Herald

 

 

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