Cuando los trabajadores sintieron que estaban en todo su derecho de reclamar, no dudaron en salir a las calles. La razón siempre ha estado de su parte y los que se llaman autoridades lo saben. No hubo temor a la represión que ha caracterizado al gobierno de Maduro desde 2014 y con valentía, unidos y de manera organizada, hicieron sentir su reclamo. Por eso el miedo se instaló esta vez en Miraflores y no les quedó otra cosa que reconocer la injusticia que estaban cometiendo.
Profesores y personal del sector educativo se anotaron un triunfo con el pago completo de su bono vacacional, que pretendían -aunque parezca un chiste- abonar de manera fraccionada en el plazo de un año. Fue su determinación, su objetivo claro, un liderazgo sindical que se atrevió a convocar sin temor a las consecuencias, lo que los llevó a esta victoria. Fueron manifestaciones pacíficas respaldadas por la Constitución y las leyes, por más nadie. ¿Que eso no tiene valor para el madurismo? Es cierto. Pero nunca desmayaron en su objetivo y el movimiento comenzó a tener réplicas en todos los estados.
Salieron airosos pero van por más. Y lo que hay que agradecerle es su capacidad inspiradora, porque no son solo los trabajadores del sector educativo los que están siendo despojados de beneficios laborales alcanzados por años de lucha. Son demasiados contratos colectivos violados por el gobierno chavista.
Siempre habrá los que se venden, como lo dijeron en la asamblea de dirigentes sindicales de la UCV que se realizó el jueves. O, como también indicaron, trabajadores que se dejan engañar por el gobierno y entonces son capaces de participar en “marchas” para agradecerle a Nicolás Maduro su “gesto magnánimo” de pagar el bono completo. Pero a estos supuestos sindicalistas que se cuadran con el gobierno chavista y a los que participan en sus actividades proselitistas hay que decirles que lo que hacen se les devuelve en perjuicio de sus intereses.
Decimos que se trata de motivo de inspiración porque los trabajadores de la salud, los de las empresas básicas, los de Pdvsa, los empleados públicos, todos tienen algo que reclamar de manera legítima. Incluso por los presos políticos, entre los que hay varios sindicalistas y que fueron recordados por los dirigentes sindicales de la UCV en la mencionada asamblea. Se comienza por exigir el respeto a las reivindicaciones, pero se debe seguir por más. Los del sector educativo van ahora por la derogatoria del instructivo de la Oficina Nacional de Presupuesto, que ha afectado a muchos al eliminar primas, la diferencia salarial por interescalas y muchas otras conquistas que pueden sumar entre 40% y 70% del pago mensual, lo que es inadmisible.
Cuando a principios de año los sindicatos chavistas firmaron el acuerdo de este instructivo parece que hubieran tomado a todos por sorpresa, pero ya despertaron y ahora tienen una meta clara. Una vez que logren acabar con él, deben exigir mejor calidad de vida, mejores servicios públicos y seguir, pues es la fuerza trabajadora la que tiene el respaldo moral de la lucha que hace falta dar por una mejor Venezuela.
Esto será como una bola de nieve y en Miraflores deben estar atentos, pues pareciera que lo de hacerse los locos y seguir pisoteando a los venezolanos como que no les va a servir más. Parece que ya comenzamos a ser testigos de la defensa del pueblo por el pueblo.
Editorial de El Nacional