La lucha de Tamara Adrián convertida en película (fotos)

La lucha de Tamara Adrián convertida en película (fotos)

El abasto Bicentenario fue escenario del rodaje de una película la mañana del jueves. Actores, directora, productores, técnicos junto a clientes que hacían su mercado en la sucursal de Terrazas del Ávila. Luis Fernández atraía las miradas por su vestimenta de mujer: pashmina, tacones, blusa, pantalones ceñidos al cuerpo. Se filmaba la escena 105 de Tamara, el nuevo largometraje de la cineasta Elia Schneider.

 

La cinta, que también contará con las actuaciones de Mimí Lazo, Karina Velásquez, Prakriti Maduro y Carlota Sosa, está inspirada en Tamara Adrián, la abogada venezolana que, tras nacer hombre, se sometió a una cirugía de reasignación de sexo. El film no es un biopic. Es una ficción sobre la transexualidad basada en su historia. “El tema de la exclusión, de lo que le sucede a un ser humano cuando es discriminado, hace que uno se motive a contarlo (…) Hay mucha desinformación. La gente juzga sin conocer lo que sucede”, dijo la realizadora, que antes había hecho cintas como Huelepega (1999).

 

La cineasta caraqueña supo que tenía una película apenas su hijo Joel Novoa le narró la historia de Tamara Adrián. La entrevistó varias veces hasta que escribió el guión junto con el uruguayo Fernando Butazzoni. “Siempre he trabajado en temas sobre la exclusión, la pobreza, la intolerancia. Ahora buscaba algo un poco más íntimo. Este es un drama que tiene una estética documental para que uno se sienta metido en la trama”, agregó la también autora de piezas teatrales.

 

La película tendrá siete semanas de rodaje en Caracas. Luego viajarán a Perú (es una coproducción con ese país). La escena que se filmaba en el Bicentenario resulta crucial: Transcurre el año 1998. Al personaje protagónico, que entonces todavía es Teo, la llaman señora por primera vez. Una niña que tiene un collar con el nombre de Tamara le genera imágenes en su mente.

 

La toma se repitía una y otra vez. El equipo de trabajo alejaba a los curiosos de las cámaras. Un señor le preguntaba a José Ramón Novoa, el productor, si se podía denunciar en la película que en el supermercado sólo se vende arroz con ajo. “Uno no puede comer arroz con ajo todo el tiempo”, se quejaba. Mientras, Luis Fernández estaba concentrado en su personaje, según él, el más difícil que le ha tocado realizar.

 

El actor ya dio vida a un travesti en A 2,50 la cuba libre. Esto, su Tamara, es distinto. “No es fácil interpretar a una persona que existe, pero además si la conoces es mucho peor. Tamara y yo hemos creado una amistad, somos cercanos. (…) Entre Elia y yo hemos diseñado una versión que es la mía, para que no sea un disfraz o una imitación de otra cosa sino una transformación lo más real posible”, dijo Fernández, que en el largometraje es, además, el hijo de Mimí Lazo.

 

A Fernández le agradó el proyecto apenas la directora se lo planteó hace casi un año. No dudó en aceptar el papel. “Comprendo muy bien la complejidad del problema de Tamara, de su búsqueda, de la necesidad de encontrarse a sí mismo. No es sólo su realidad, es la realidad de muchas mujeres y hombres transexuales. La pelea de Tamara por los derechos humanos de un colectivo desasistido es admirable”.

 

Así, la película es la historia de una lucha, de la perseverancia. “Es una historia de autoaceptación, de respeto por uno mismo, por lo que uno es. Una historia sobre la coherencia individual (…) Cuando una persona como ella se convierte en la voz de tanta gente que no tiene una voz es inspirador”, concluyó el propio Fernández. La vida de Tamara Adrián parece, entonces, de película.

 

Fuente: EU

 

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