La Liga Árabe, integrada por 22 países, cumplió este sábado 80 años de vida, en un contexto de continuos desafíos por la inestabilidad en Oriente Medio y la falta de solución a la causa palestina, cuyo último conflicto ha dejado cerca de 50.000 muertos y un futuro incierto para Gaza.
El organismo, fundado en 1945, «ha permanecido como un sólido muro de resistencia contra los intentos de cambiar o socavar la identidad» árabe, dijo su secretario general, el egipcio Ahmed Abulgheit, en un intento de trasladar un mensaje de esperanza, si bien admitió los problemas.
En un discurso grabado por el aniversario, reivindicó que La Liga «ha sido la voz unificadora de los árabes», siendo «testigo de acontecimientos trascendentales en el mundo y la región».
Los desafíos de la Liga
No son pocos los conflictos y crisis que afronta, pero el que más centra su atención en la actualidad es la guerra de Israel en Gaza, y más recientemente el plan propuesto por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en el que plantea expulsar a los gazatíes a Egipto y Jordania, y convertir el devastado enclave palestino en la ‘Riviera de Oriente’.
El plan de Trump tuvo un rechazo contundente por parte de la Liga Árabe, al considerarlo una violación del derecho internacional y una forma de «limpieza étnica», y, además, se acabó adoptando el plan de reconstrucción egipcio para la Franja de Gaza como contraposición, en una muestra de la deseada unidad que lleva años revindicando.
Pese a esa postura árabe unificada, Abulgheit admitió hoy que «la causa palestina está expuesta al desafío más peligroso y a la amenaza más severa», advirtiendo del peligro de «su liquidación».
Israel reanudó el pasado martes los bombardeos en Gaza, rompiendo así el alto el fuego acordado entre ese país y Hamás con la mediación e Egipto, Catar y EE.UU., en medio del estancamiento de las negociaciones entre las partes.
Divisiones y desafíos
En su 80º aniversario, el organismo todavía no ha conseguido el objetivo para el que fue creado, que es una acción árabe conjunta para salvaguardar la seguridad nacional de los Estados miembros.
Además de Gaza, el mundo árabe tiene activas varias guerras como la del Yemen, Libia y Sudán, y los conflictos aún abiertos en Siria y el Líbano, con decenas de miles de muertos, millones de desplazados y unas crisis humanitarias sin precedentes, que han llevado a los países miembros a una situación de inestabilidad continua.
Por otro lado, la Liga carece de mecanismos que obliguen a aplicar sus resoluciones, algo que reconoció el propio Abulgheit en su discurso al afirmar que el organismo «no tiene la facultad de imponer políticas ni decisiones».
Añadió, por otro lado, que «aún están lejos de alcanzar todo el potencial de la integración económica en la región árabe».
Historia de su creación
La Liga fue creada en un principio por Arabia Saudí, Egipto, Irak, el Líbano, Siria, Jordania y el Yemen, países que aprobaron un documento fundacional basado en la idea de unificar los Estados árabes, sin perjuicio de su independencia y soberanía.
80 años después, la organización panárabe la constituyen 22 miembros, que se fueron incorporando al conseguir su independencia que son Libia, Sudán, Marruecos, Túnez, Kuwait, Argelia, Emiratos Árabes Unidos, Baréin, Catar, Omán, Mauritania, Somalia, Palestina, Yibuti y Comoras (el último en integrarse en 1993).