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La Inteligencia Artificial y su impacto en los negocios digitales

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La Inteligencia Artificial y su impacto en los negocios digitales

El crecimiento acelerado de la Inteligencia Artificial se debe a su capacidad de transformar diversas industrias. Los negocios digitales están apostando por la IA para conocer a los consumidores y acercarse a ellos de forma inteligente.

 

 

 

 

La Inteligencia Artificial (IA) es un campo científico de la informática que, a través de programas y mecanismos, puede exhibir comportamientos considerados inteligentes, crea sistemas que “piensan”, hasta cierto punto, como un ser humano. “Normalmente, un sistema de IA es capaz de analizar datos en grandes cantidades (big data), identificar patrones y tendencias y, por lo tanto, formular predicciones de forma automática, con rapidez y precisión”, explican desde Salesforce, plataforma de gestión de relación con los clientes (CRM).

 

 

 

 

Su desarrollo es tal que, de acuerdo a cifras recientes obtenidas de Statista[1], el mercado internacional de la IA recolectó en ganancias nueve mil 521 millones de dólares en el 2018, estimando que para el 2025 la industria consiga recaudar un total de 118 mil 600 millones de dólares. Esto supondría un crecimiento de 1,247% en menos de diez años.

 

 

 

 

El crecimiento acelerado de la Inteligencia Artificial se debe a su capacidad de transformar, en gran medida, diversas industrias como la financiera, la del cuidado de la salud y la de la comunicación. Su potencial en esta última es impresionante, por lo que se espera que en un futuro los medios de comunicación y la publicidad la implementen de forma masiva, para determinar el comportamiento de los consumidores y sus patrones de compra, y acercarse a ellos de forma inteligente y automatizada.

 

 

 

 

 

Los negocios digitales están apostando por las técnicas principales de la Inteligencia Artificial (aprendizaje automático, aprendizaje profundo, descubrimiento de datos inteligentes y análisis predictivo) para que las máquinas realicen acciones sin necesidad de contar con una programación explícita, es decir, que sean capaces de hacer predicciones y tomar decisiones de manera automática con base en los algoritmos recopilados. Dichas técnicas permitirán también que los algoritmos puedan ser clasificados de la misma forma en la que el cerebro humano divide la información. El objetivo es poder realizar predicciones de posibles resultados, como la probabilidad de compra o la migración de clientes, entre otros.

 

 

 

 

Las marcas están realizando una fuerte inversión en IA con diferentes objetivos:

 

 

 


Ventas: modificar los precios, opciones de venta, descuentos y cupones en tiempo real, para persuadir a los consumidores que estén indecisos.

 

 

 

 

Marketing: crear campañas de marketing personalizadas y que se adapten a cualquier canal digital: computadora, celular, correo electrónico, etc.

 

 

 

 

Servicio al cliente: implementar un software que permita a los usuarios conversar con bots que funcionan con un sistema complejo de procesamiento de lenguaje para asistir a los clientes.

 

 

 

 

 

Su potencial es amplísimo; sin embargo, la IA todavía se enfrenta a varios retos. A pesar de que es capaz de medir las reacciones e intereses de las personas, aún no es tan eficiente a la hora de analizar elementos más difíciles de medir, como el tono, el humor o el sarcasmo. Al final, continúa siendo una máquina la que lee la información. Por eso es importante que el pensamiento humano siga interviniendo en los procesos de análisis de resultados y no dejar por completo la toma de decisiones en manos de la IA.

 

 

 

 

 

 

 

Jonathan Blum

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