La inhumanidad rojita

La inhumanidad rojita


 
 Solo los enchufados, los que comen de las robadas mieles del poder, han podido mantenerse fuera del país por más de cinco meses sin ninguna preocupación económica. La pandemia dejó varados a cientos de personas. La mayoría ha regresado a su hogar porque sus gobiernos se ocuparon de ellos. Menos los venezolanos.

 

 

Debe ser que ellos, los del régimen, siguen teniendo la mala costumbre de juzgar por su condición. Piensan que si un venezolano tiene plata para comprar un pasaje, puede tranquilamente seguir su vida sin trabajar porque debe tener dólares en cuentas internacionales. Pero eso lo pueden hacer solo ellos, que han raspado la olla desde hace años. Aunque a muchos, ¡oh, qué tristeza!, las sanciones no les han dejado seguir gozando del dinero malhabido.

 

 

Los últimos en sufrir las consecuencias de la maldad rojita son los venezolanos que esperaban retornar de República Dominicana. Los obligan a comprar un pasaje y pagar una prueba de laboratorio para dejarlos abordar un avión. No se dan cuenta de que desde marzo están viviendo de lo poco que tenían en un país que no es el suyo y a precio de divisas.

 

 

Pero así ha pasado con los que están en Panamá o en Argentina, los que protestan en España para que los dejen regresar o los que piden desde Colombia que autoricen vuelos de las aerolíneas que los llevaron a ese destino a principios de año.

 

 

Nada de esto les preocupa a los rojitos. Quizás están sacando ya la cuenta de que si esos venezolanos no regresan, no podrán votar en las elecciones amañadas que dicen estar preparando para cambiar la Asamblea Nacional.

 

 

Es demasiado pedir que sepan el significado del concepto de un vuelo humanitario porque para ellos el sufrimiento ajeno no es fuente de interés, sino todo lo contrario. Pero hay que insistir en que se trata de connacionales que tienen todo el derecho del mundo de retornar a su país, sus familias y sus quehaceres, o al menos intentar salvar lo poco que ya les debe quedar en su lugar de origen.

 

 

Es necesario que alguien ayude a cientos de venezolanos desamparados a los que se les está sometiendo a las peores condiciones. Tanto los que retornan por las fronteras terrestres como los que necesitan un vuelo, lo único que quieren es regresar a su patria.

 

 

Editorial de El Nacional

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