La inflación obliga a acudir a canales de venta más económicos

La inflación obliga a acudir a canales de venta más económicos

Las largas colas que se registran en las puertas de abastos y supermercados se han convertido en una constante en todo el país. Mientras un sector de la población las critica, el Gobierno las justifica argumentando que son una muestra de que el poder adquisitivo de los venezolanos ha mejorado.

 

El poder de compra de los ciudadanos pierde fuerza con el avance de la inflación y el salario, sobre todo el mínimo de ley, de Bs 3.270, no alcanza para cubrir las necesidades básicas alimentarias de las familias.

 

Entre febrero de 2013 y el mismo mes de 2014 el poder adquisitivo del salario mínimo disminuyó 1,5%, mientras que el salario promedio de la población retrocedió 2,9% en su capacidad de compra, según calcula Ecoanalítica.

 

La firma proyecta que durante este año, en comparación con 2013, el salario mínimo caerá 14,2% y el salario promedio lo hará en 16,4%.

 

El economista y director de Ecoanalítica, Asdrúbal Oliveros, explicó que la pérdida del poder adquisitivo se debe a que la inflación avanza a un ritmo superior. Estima que mientras el salario aumentará en torno a 50% este año la inflación cerrará alrededor de 76%, de acuerdo con las proyecciones.

 

Eso empuja a los consumidores a buscar canales de venta que ofrezcan precios más económicos para poder rendir el presupuesto. Es por ello que los ciudadanos se agolpan a compras en supermercados y redes del Gobierno, donde los precios están regulados o subsidiados por el Estado.

 

Según el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), en enero las familias destinaron Bs 3.640,55 a la compra de alimentos, registrando una variación de 9,5%, la más alta desde 2009. El monto de febrero todavía no ha sido informado.

 

El Centro de Documentación y Análisis para los Trabajadores (Cenda) calculó que en enero la canasta de alimentos costaba Bs 6.623,60 y Bs 6.818 en febrero.

 

Esto quiere decir que un salario mínimo no alcanza para cubrir los gastos básicos alimentarios mensuales de una familia. Se requieren más de dos salarios para cubrir la compra de alimentos y más de cuatro para cubrir todas las necesidades básicas mensuales.

 

De acuerdo con las mediciones de encuestadoras privadas, 42% del ingreso familiar promedio se destina para la compra de alimentos y bebidas no alcohólicas, seguido de gastos de salud y cuidado personal.

 

Las personas también se agolpan a las puertas de los comercios para comprar «lo que haya» ante el nerviosismo que se ha generado por la crisis de abastecimiento en el país.

 

Las ventas limitadas en las redes públicas y en las cadenas privadas también han incentivado la práctica de acudir en varias oportunidades a estos comercios para poder completar las compras y protegerse de la escasez en el futuro cercano.

 

El Universal

Angie Contreras

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