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La India levanta la estatua más alta del mundo

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La India levanta la estatua más alta del mundo

La Estatua de la Unidad a medio construir en el estado de Gujarar, en India. SAM PANTHAKYAFP

India se prepara para inaugurar el último de sus emblemas nacionales: una imagen de 182 metros que ensalza la unidad que logró Patel, líder de la independencia e ídolo de Modi

 

 

 

Narendra Modi, el padre de la ‘Marca India’

 

 

En pleno auge del nacionalismo en India, el partido hinduista BJP que gobierna el país, y especialmente el primer ministro Narendra Modi, se preparan para inaugurar el último emblema que han erigido en honor a la grandeza histórica de su nación: una estatua de 182 metros del líder de la independencia Sardar Patel, que pretende desbancar al Buda del Templo de Primavera, por ahora la más alta del mundo con sus 128 metros en suelo chino.

 

 

 

El monumento a Patel se está terminando de levantar en un terreno despoblado con vistas a una conocida presa, a unos 200 kilómetros de Ahmedabad, principal ciudad del estado occidental de Gujarat. Allí nació Vallabhbhai Patel, conocido como Sardar Patel, héroe de la creación de la república india y mano derecha de Jawaharlal Nehru en su primer Gobierno.

 

 

 

La Estatua de la Unidad, como se ha llamado, se trata de una representación de Patel revestida de bronce que descansa sobre una base de 58 metros, lo que hace que el complejo entero ascienda a los 240 metros. Lejos quedan los 93 metros de la Estatua de la Libertad neoyorkina. Los visitantes que acudan al monumento de Gujarat podrán subir en ascensor a una galería acristalada situada a la altura del pecho de la figura. La obra se inició en 2014 y ha costado 30.000 millones de rupias, unos 430 millones de dólares.

 

 

 

Alrededor de 2.500 trabajadores, incluidos cientos traídos de China, se esfuerzan por tener terminado el proyecto para el 31 de octubre, día en que nació Patel. Se prevé que la inauguración corra a cargo del propio Modi, que viajará a su estado natal para honrar una vez más a un personaje histórico que, según suelen criticar desde el BJP, fue injustamente eclipsado por Nehru y su dinastía, ya que ésta ha dominado la política india de forma prácticamente ininterrumpida desde 1947.

 

 

 

En los últimos años, entre los nacionalistas hindúes se está tratando de recuperar la figura de un Sardar Patel que en la primera mitad del siglo XX encabezó el ala derecha del Partido del Congreso Nacional Indio, formación que lideró junto a Gandhi y al izquierdista Nehru, con los que halló numerosas diferencias y sólidos consensos. Tras la independencia, Patel se ganó el apodo del ‘Hombre de Hierro de la India’ después de conseguir, gracias al diálogo y a la fuerza, que los príncipes que dominaban centenares de estados indios se adhiriesen al nuevo país. Aunque el proceso fue relativamente pacífico, no le tembló el pulso como ministro del Interior y comandante en jefe de las fuerzas armadas para doblegar a los soberanos que se opusieron en Cachemira y en Hyderabad.

 

 

 

La unidad que logró Patel en el Estado naciente es la unidad que quiere ensalzar ahora Modi, para quien Patel es un ídolo que debería ser más elogiado. 182 metros de estatua son un ejemplo de su admiración, como lo fue en su momento nombrar el 31 de octubre Día de la Unidad Nacional, una decisión que sentó especialmente mal entre las filas del partido del Congreso, ya que hasta entonces en esa fecha se recordaba el asesinato de Indira Gandhi, hija de Nehru.

 

 

Nadie duda hoy de que en las cada vez más cercanas elecciones generales, que se celebrarán el año que viene, Modi volverá a recurrir al legado de Patel y hará más de un guiño a su estatua para encender pasiones entre sus devotos. Ya lo hizo en 2013, cuando dijo que «todos los indios lamentan que Sardar Patel no se convirtiese en el primer ministro» de la India. La derecha hindú siempre ha cuestionado que Nehru se hizo con malas artes con un cargo que supuestamente estaba destinado a Patel.

 

 

 

Pero el homenaje que Modi le quiere dar a su apreciado héroe nacional previsiblemente durará poco como estatua más alta del mundo. Y es que en esta carrera por llegar a lo más alto la India compite contra sí misma. En el vecino estado de Maharashtra, al sur de Gujarat, se pretende levantar una estatua ecuestre del rey Chhatrapati Shivaji, un guerrero hindú del siglo XVII convertido en leyenda por nacionalistas de toda índole en el país asiático. Después de dar nombre al aeropuerto de Bombay y a su principal estación de trenes, Shivaji será de nuevo homenajeado con un monumento de 212 metros en mitad del mar, frente a la costa de la ciudad, que tiene previsto estar terminado en 2021.

 

 

 

Después de algunos cambios en las dimensiones de la estatua, el proyecto de Shivaji espera empezar su construcción en los próximos meses, pero antes debe sortear las numerosas críticas de ecologistas y pescadores, que denuncian las amenazas que supone una construcción de tal envergadura dos kilómetros mar adentro. De hecho el Tribunal Superior de Bombay tiene un caso abierto sobre las posibles violaciones de la ley de costas que supondría un plan que, además de la estatua de Shivaji montando a caballo y blandiendo una gigantesca espada, incluye un museo, un parque y un helipuerto.

 

 

El mundo.es

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