Este 22 de noviembre la canciller completará 10 años en el cargo. Convertida en la mujer más influyente de Europa, Merkel vive hoy su momento más difícil. La crisis de refugiados golpea sus opciones de un cuarto mandato.
En su discurso del Año Nuevo de 2005, a sólo un mes de asumir como nueva canciller alemana, Angela Merkel dijo que su gobierno llevaría al país en 10 años nuevamente al liderazgo en Europa. A una década de que se que se convirtiera en la primera mujer en la historia de Alemania en ocupar ese cargo, Merkel parece haber cumplido su promesa. Hoy no sólo es la mujer más influyente de Europa, como señaló esta semana The Economist, sino también la más poderosa del mundo, según Forbes.
¿Pero cómo pudo la hija de un pastor protestante crecida en la República Democrática Alemana (RDA), que “no procedía de ninguna elite, ni social ni dentro del partido” -como recuerda el último primer ministro de la RDA Lothar de Maizière- recuperar el poder conservador para los alemanes en 2005 y convertirse en la líder europea que es hoy?
La extraordinaria carrera política de la canciller se inició en 1990, cuando el legendario canciller Helmut Kohl le formuló una pregunta casi ingenua: “¿Entiende usted algo de mujeres?”. “Siempre hablo con mi madre y con mi hermana”, fue la respuesta de Merkel, quien luego de ello se transformó en ministra de la Mujer y la Juventud. A partir de entonces, la joven doctora en física inició su camino hacia el poder.
A días de su asunción, el 22 de noviembre de 2005, una serie de viajes a París, Bruselas y Londres dieron a la prensa germana la primera oportunidad de ver a Merkel trabajando en el escenario mundial y su veredicto fue ampliamente positivo. “Confiada y segura de sí misma”, dijo el diario conservador Frankfurter Allgemeine Zeitung luego de que la canciller brindara una conferencia de prensa junto con el Presidente francés Jacques Chirac, un cercano aliado de su predecesor Gerhard Schröder.
En diciembre de ese año, en su primer Consejo Europeo, Merkel debutó con una hábil mediación entre Chirac y el primer ministro británico, Tony Blair, para desatascar el acuerdo de las Perspectivas Financieras 2007-2013. Europa venía del fracaso del Tratado Constitucional, malogrado por los “No” de los referendos francés y holandés y el sorprendente estreno de la canciller alemana ilusionó a quienes pensaron que Europa había encontrado, al fin, a un estadista de talla para impulsar el proyecto europeo.
Con el viento a favor en casa por el buen cometido de la “gran coalición” entre demócratacristianos y socialdemócratas, Merkel aprovechó la presidencia de turno alemana del Consejo en el primer semestre de 2007 para dejar claras sus intenciones. Pero a poco andar vinieron las pruebas de fuego para la canciller alemana: la tormenta bancaria en 2008 y la tempestad en Grecia, en 2009. Pruebas que permitieron a Merkel consolidar su posición dentro de Europa.
“Mira a Europa y un líder sobresale del resto: Angela Merkel”. Así parte el artículo que publica esta semana The Economist, que sostiene que la líder alemana crece ante las crisis. “En la crisis financiera, consiguió mantener a la UE unida; en Ucrania, logró convencer a los socios para imponer sanciones a Rusia y en la actual crisis migratoria está defendiendo, con valentía, los valores europeos, casi sola, en su compromiso con dar la bienvenida a los refugiados”, destaca la publicación.
Aunque Jörn Fischer, investigador del Centro de Políticas Comparadas de la Universidad de Colonia, reconoce que “no era previsible” que Merkel permaneciera tanto tiempo en el poder, identifica perfectamente las claves que la han llevado a cumplir una década en el gobierno: “La habilidad de tener muy clara la opinión pública y actuar de acuerdo a ella, y si es necesario contra su propio partido”, dice a La Tercera. Para Ralf Bollman, periodista del Frankfurter Allgemeine Zeitung y autor del libro “Los alemanes, Angela Merkel y nosotros”, su gestión en la crisis del euro también incidió en su popularidad. “La crisis del euro fue para Merkel lo que para Helmut Kohl fue la reunificación: un resultado que le da un aura histórica a su gestión como canciller”, escribió Bollmann.
“Trabajadora feroz”
“Merkel es una trabajadora muy deliberada y feroz. Es sobre todo equilibrada y no ideológica. Al mantener su perfil bajo control es capaz de manejar las expectativas y mantener el interés en su personalidad y en sus políticas durante mucho tiempo. Los errores fueron raros en sus 10 años”, señala a La Tercera Stefan Kornelius, periodista del Süddeutsche Zeitung y autor de “Angela Merkel, la biografía autorizada”.
Pero tanto Fischer como Kornelius coinciden en destacar que la crisis de los refugiados amenaza con debilitar la armadura política de Merkel. “En los últimos meses, con la crisis de los refugiados, Merkel ha mostrado que no está a salvo de sus propios errores de cálculo”, sostiene el biógrafo de la canciller germana. Por su parte, el académico de la U. de Colonia asegura que a 10 años de su arribo al poder, “Merkel está en un punto clave y posiblemente el más crítico de todos. Se habla del desafío más grande después de la reunificación”. “Es notable que sea una de las pocas veces en que uno tiene la sensación de que ella hace algo no por estrategia sino por propia convicción (“brazos abiertos”). Justamente eso la pone en peligro”, agrega Fischer.
Si bien Fischer apunta a que en la propia CDU se habla de Ursula von der Leyen, actual ministra de Defensa, como eventual sucesora de Merkel, Kornelius cree que “no hay una alternativa clara para ella en este momento”. “Si esta crisis (de los refugiados) no empeora, decidirá el final por si misma, cuánto tiempo permanecerá en el cargo. Mi suposición es que decidirá lo más tarde posible acerca de competir por un cuarto mandato. Esta decisión dependerá del deseo de su partido de seguir con ella, y su propio juicio acerca de su legado. Después de 10 años hay bastante para mostrar: una economía bien aceitada, la moneda europea a salvo de quebrarse, una guerra mayor en Europa contenida, y un ascenso de Alemania como poder político en el mundo bien administrado. Si ahora logra poner bajo control la crisis de refugiados podría estar muy satisfecha con su resumen”, señala Kornelius.
Y el efecto de la crisis de los refugiados ya se hace sentir en las encuestas. La alianza CDU/CSU ha perdido desde agosto nueve puntos (de 43% a 34%). Sin embargo, The Economist asegura que “las matemáticas electorales favorecen otro gobierno liderado por la CDU”. Un sondeo citado por la publicación muestra que el 82% de los miembros del partido aprueba el liderazgo de Merkel y el 81% quiere que compita por un cuarto mandato en la elección de 2017. Así las cosas, todo parece estar en manos de la canciller.
Fuente: LT
Fernando Fuentes
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