Ya estés despierto o dormido, hay una función involuntaria en tu cuerpo que nunca cesa y que no es otra que respirar. En el proceso intervienen seis partes del organismo: las fosas nasales, la faringe, la laringe, la tráquea, los bronquios y los pulmones. Todas ellas constituyen el aparato respiratorio, el encargado de que respiremos hasta 20.000 veces al día, lo que significa que a los 70 años habremos aspirado al menos 600 millones de veces.
1.Respiración diafragmática: también conocida como abdominal, es la forma de respiración que utilizamos cuando somos bebes. Se basa en el movimiento del diafragma, que al bajar hacia el vientre succiona aire a los pulmones y al subir hacia ellos lo expulsa. Este tipo de respiración garantiza una mejor ventilación, captación de oxígeno y limpieza de los pulmones con la exhalación. Los expertos recomiendan utilizarla si queremos controlar la ansiedad y el estrés y aprender a relajarnos.
2.Respiración torácica: llamada también intercostal, ya que está regulada por los músculos intercostales, situados entre las costillas. Al tomar aire estos músculos se expanden, empujando a las costillas hacia fuera como si fuese un fuelle y ensanchando la caja torácica. Es la forma más habitual de respirar pero no es la más completa, ya que si llenamos el pecho primero, el aire queda retenido en esta zona y resulta imposible que llegue hasta la zona baja de los pulmones.
3.Respiración clavicular: se trata de la respiración que desarrollamos cuando estamos angustiados y sólo ventila la parte más alta y estrecha de los pulmones, la de menor capacidad. Si respiramos de este modo durante mucho tiempo se puede producir una “hiperventilación” donde se produce una gran eliminación de de CO2 en la espiración y aumentando la proporción de oxígeno en la sangre.
Lo ideal es combinarlas para realizar una respiración completa, lo que produce una expansión del tronco en todas direcciones para ventilar los pulmones en profundidad. Pero es cierto que a veces, sobre todo en esta época, es más complicado, ya que nos enfrentamos a enfermedades como el resfriado o catarro que afectan a nuestras vías respiratorias. Para favorecer que se produzca correctamente, podemos realizar lavados nasales a diario con agua de mar y utilizar descongestivos químicos en spray en el caso de congestión severa.
dmedicina