Los precios del petróleo volvieron a tocar el 2 de julio sus máximos de abril, antes de retroceder en un mercado falto de certidumbre sobre la salud de la demanda.
El precio del barril de crudo Brent del mar del Norte para entrega en septiembre bajó un 0,41% y cerró a 86,24 dólares, mientras que su equivalente estadounidense, el West Texas Intermediate (WTI) para entrega en agosto, cedió un 0,68% hasta 82,81 dólares.
El oro negro había comenzado la sesión con fuerza, impulsado en particular por el huracán Beryl, que acaba de ascender a categoría 5, la más alta en la escala Saffir-Simpson utilizada para evaluar la intensidad de estos fenómenos meteorológicos.
Después, el WTI se acercó a su máximo del 26 de abril, 84,46 dólares, pero no logró superarlo, como había hecho el viernes y luego retrocedió.
«Estamos atrapados en un corredor», señaló Rob Haworth, de US Bank Wealth Management. «Es amplio, pero es un corredor».
Aumento de la producción
El techo se debe a la posibilidad de un aumento de la producción por parte de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y sus aliados en el acuerdo OPEP+, a partir de octubre, explicó el analista.
A principios de junio, el cartel anunció su intención de revertir gradualmente los recortes de 2,2 millones de barriles diarios decididos unilateralmente por varios miembros, aunque varios ministros aseguraron posteriormente que la decisión no era inamovible.
Carsten Fritsch, del Commerzbank, señaló que, aunque la OPEP había reducido sus volúmenes en junio con respecto al mes anterior, seguía estando casi 500.000 barriles diarios por encima del nivel al que se había comprometido. Esta discrepancia se debe principalmente a Irak y Emiratos Árabes Unidos.
Otro límite a la subida de los precios es que «todavía hay preocupación por el crecimiento mundial», añadió Haworth.
Los últimos indicadores estadounidenses muestran una economía más lenta, en la que el empleo se está deteriorando. Sin embargo, mientras el mercado vigila a Estados Unidos y China, «parece que la economía mundial se las arregla, en este contexto de tasas de interés altas» y que no hay que temer «ninguna destrucción significativa de la demanda», señaló el analista.
Globovision