Aunque en América Latina esta vestimenta es de uso exclusivo para las mujeres, en Europa existe la tendencia a usarla como parte del “outfit” masculino, e incluso es considerada elegante y hasta varonil. ¿Ya compraste la tuya?
Por muy extraño que parezca, esta tradición comenzó durante el siglo XVI en Escocia, donde por las condiciones climáticas de ese país, los hombres por comodidad y para tener mayor libertad al momento de hacer sus movimientos, comenzaron usar una túnica larga denominada “kilt”, que luego fue modernizada, momento en el que adoptó la forma de una falda.
Estas faldas están diseñadas a partir de 7 u 8 metros de lana, constan de varios pliegues, y se utilizan enrolladas alrededor de la cintura hasta los muslos. La tela tiende a ser con estampado de cuadros multicolores, y aunque inicialmente el color lo determinaba la región donde lo fabricaban, actualmente por razones comerciales, los tipos de “kilt” se asocian con distintas familias.
A pesar de su legado histórico, en el año de 1788 las faldas fueron prohibidas en Inglaterra y Escocia por considerarse que eran señal de rebelión, sin embargo, su uso prevaleció y aún se encuentra vigente, como la prenda típica de Escocia.
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