A menos que ya se esté dirigiendo a las costas venezolanas algún carguero iraní lleno de gasoil, lo que se avecina es una dura temporada para los venezolanos que ya se habían acostumbrado a ver los anaqueles de supermercados y abastos llenos, aunque la mayoría no tenga el dinero para comprar.
Sería deseable que el régimen tuviera un as bajo la manga. Como los caracterizan las conductas sádicas, quisiéramos imaginar que la solución a la escasez de gasoil la dejarán para último minuto. Pero estas son solo suposiciones basadas en la conducta maligna de la cúpula rojita.
Lo que sí es verdad, y no lo dice este medio sino el presidente de Fedeagro, Aquiles Hopkins, es que la falta de combustible para el transporte de carga va a hacer desaparecer muchos rubros del mercado. El problema afecta a toda la cadena de producción, desde el arrime de cosechas a la agroindustria hasta el transporte de otro tipo de materia prima que es necesaria para producir.
Muchas cosechas se están perdiendo, como la de caña de azúcar. No es que se produzca mucho en el país, pero los agricultores y ganaderos que insisten tercamente en no abandonar sus tierras van a perder todo el esfuerzo, y eso es muy grave. Pero ya se sabe que el régimen no es bueno en eso de proteger a los venezolanos y sus trabajos.
Ni siquiera la economía de puertos se salvará, porque no habrá camiones que la saquen de los contenedores y la distribuyan en pueblos y ciudades. No se sabe qué está esperando el régimen, porque de este tema no ha dicho ni una palabra.
La poca producción de diésel no es nueva. Que no vengan a decir que es culpa del bloqueo estadounidense. Lo único que estas medidas han afectado es el intercambio que hacían empresas petroleras como Eni, Reliance o Repsol de crudo por gasoil. De acuerdo con el experto petrolero y académico Francisco Monaldi, desde antes de la pandemia Venezuela consumía entre 60.000 y 65.000 barriles diarios, y más de la mitad eran importados. Tan baja producción no es culpa de la presión internacional, sino de la incapacidad y la desidia de los que pusieron a la cabeza de Pdvsa.
Pronto no habrá manera de ocultarlo, porque los expertos aseguran que la escasez de diésel es más dramática que la de gasolina, debido a que es el combustible que usa el transporte de carga. ¿Qué tiene tan ocupados a los inquilinos ilegítimos de Miraflores que no resuelven aunque sea con un pañito caliente este problema? No será que están angustiados por la vacuna, porque ya hasta la ex del comandante muerto está inmunizada.
Como siempre, los afectados serán los ciudadanos que tendrán que volver a hacer colas y peregrinar por los comercios para conseguir lo poco que pueden comprar. Y mientras tanto, el covid haciendo fiesta.
Editorial de El Nacional