La escasez obliga a combatir los insectos con repelentes caseros

La escasez obliga a combatir los insectos con repelentes caseros

A simple vista, las enfermedades miden poco menos de un centímetro: lo mismo que un zancudo. El dengue, el chikungunya y, según sospechan algunos médicos, la extraña fiebre hemorrágica de Maracay y Caracas, se contagian con la picada del Aedes aegypti.

 

Así que, a los zancudos, hay que espantarlos. Ante el desabastecimiento de repelentes e insecticidas comerciales en el mercado venezolano, están difundiéndose algunas recetas caseras que, sin embargo, no son aptas para cualquier persona, especialmente para niños.

 

Así lo advierte el pediatra Manuel Lorenzo Fernández, de clínicas Salus, que antes que nada hace la salvedad de que lo más adecuado es utilizar repelentes comerciales pues han sido probados por la industria farmacéutica. También alerta a los padres que no unten a niños pequeños con repelentes caseros que contengan alcohol pues es de muy alta absorción cutánea y puede intoxicarlos.

 

Fernández (www.clinicasalus.es) está de acuerdo con el difundido uso de la vitamina B que, al ingerirla o untarla en la piel, se supone que ayuda a alejar insectos por el olor que emana. Advierte que aunque no existen estudios científicos que lo comprueben «parece funcionar» y no acarrea peligro para la salud. A continuación se ofrecen recetas de repelentes caseros cuyo uso ha sido aprobado por el pediatra consultado.

 

GIULIANA CHIAPPE

  EL UNIVERSAL

 

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