El primer ministro de Trinidad y Tobago, Keith Rowley, manifestó este martes su inquietud por el posible deterioro de las relaciones entre Venezuela y Guyana, debido a la controversia por el territorio del Esequibo, que ambos países se disputan desde hace casi dos siglos.
Rowley advirtió que una escalada de la tensión podría afectar negativamente a toda la región, e instó a las partes a mantener la paz y el diálogo.
“Todos saldríamos perjudicados”
“No sé cómo va a evolucionar esta disputa, pero lo que no quiero que pase es que la relación entre Venezuela y Guyana se degrade hasta el punto de que sus acciones nos perjudiquen a todos, porque todos saldríamos perjudicados”, declaró en una conferencia de prensa.
El primer ministro recordó que la Comunidad del Caribe (Caricom), de la que forman parte Guyana y Trinidad y Tobago, respalda la posición de Guyana en este conflicto, y que Venezuela también lo sabe.
“Guyana sabe que tiene el apoyo de Caricom en esto, y Venezuela sabe también que Caricom apoya a Guyana. Así que no reaccionemos en exceso ni nos extralimitemos”, agregó.
Rowley expresó también su preocupación por el impacto que la disputa territorial podría tener en las negociaciones de su Gobierno para acceder al gas natural del campo Dragón, ubicado en aguas venezolanas.
Referendo unilateral
La situación se ha agravado desde que Venezuela anunció que realizará un referendo el 3 de diciembre sobre “los derechos” del Esequibo, un territorio de casi 160.000 kilómetros cuadrados que reclama como suyo.
El referendo, que representa la mayor apuesta de Caracas en esta controversia, ha sido rechazado por Caricom y la Organización de Estados Americanos (OEA), entre otros organismos.
La Corte Internacional de Justicia (CIJ), que ha dictaminado que tiene jurisdicción sobre el tema, algo que Venezuela rechaza, celebró la semana pasada audiencias con ambas partes, en las que Guyana pidió tomar medidas para “bloquear” la consulta.
La región del Esequibo, rica en recursos naturales y minerales, ha sido el centro de una pugna entre las partes, que la han reclamado cada una como suya durante casi 200 años.
Guyana se basa en un laudo arbitral nulo e írrito de 1899, que le adjudicó el territorio (entonces bajo el dominio del Reino Unido), mientras que Venezuela defiende que el Acuerdo de Ginebra, firmado en 1966, es el que rige esta controversia.
Además, Venezuela rechazó en septiembre una licitación petrolera anunciada por Guyana, argumentando que las áreas costa afuera son sujeto de disputa y las empresas a las que se les adjudique los campos no tendrán derechos para explorarlas.
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