La deuda Argentina enfrenta un futuro incierto

La deuda Argentina enfrenta un futuro incierto

Según Lavagna, «Argentina se convirtió en la última década en uno de los países con mayor desendeudamiento del mundo»

 

Después de una década de desendeudamiento exitoso, Argentina, país rebelde a las recetas ultraliberales de los mercados, desafía nuevamente un frente de tormenta con sus acreedores al haber sido declarada en default parcial, con consecuencias son imprevisibles.

 

Tras el colapso económico de 2001, Argentina pensaba haber hecho lo más difícil pactando un acuerdo con 93% de los bonistas en los canjes de 2005 y 2010; con quitas de hasta 70% se lograron reoganizar las cuentas del país que había declarado el default más grande en la historia contemporánea por unos 100.000 millones de dólares.

 

Pero no pudo acordar con el 7% restante, los llamados «buitres» en Argentina, y un puñado de estos tenedores fue el que ganó un juicio por 1.330 millones de dólares en Estados Unidos, que no pudo resolverse esta semana clave para que acreedores cobraran tras la reestructura y las agencias calificadoras declararon a la nación en default parcial.

 

El actual default, que el gobierno de centroizquierda de la presidenta, Cristina Kirchner, desconoce, puede hacer caer las laboriosas operaciones de canjes como un castillo de naipes, dijeron analistas.

 

«Entre 2005 y 2010 hubo una reducción efectiva de la deuda del sector privado» pero en la coyuntura actual «podría derrumbarse», dijo a la AFP el economista Manuel Solanet, exconsultor del Banco Mundial.

 

Cuando el expresidente Néstor Kirchner -esposo de la Presidenta, fallecido en 2010- asumió el mandato en 2003, la deuda pública argentina representaba el 138% del Producto Interno Bruto (PIB).

 

«Tras los canjes logramos reducir ese peso de tal manera que hoy se ubica entre 40 y 45% del PIB», dijo a la AFP Roberto Lavagna, exministro de Economía y artífice de los canjes de la deuda con Néstor Kirchner.

 

Según Lavagna, «Argentina se convirtió en la última década en uno de los países con mayor desendeudamiento del mundo».

En 2006 saldó, con el Fondo Monetario Internacional (FMI), su deuda de 8.900 millones de dólares sirviéndose de un tercio de los fondos del Banco Central.

 

Estas medidas fueron posibles gracias a que el país se benefició durante un largo periodo de fuertes ingresos producto de los precios récord de las materias primas, en especial la soja.

 

Pero desde el año pasado la caída del superávit y el uso de reservas para pagar deuda llevó a una importante caída de las mismas, por lo que impusieron restricciones al dólar y en este escenario el default no asumido puede agudizar la recesión y fuerte inflación que atraviesa la tercera economía de América Latina.

 

 

Fuente: Agencia

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